Al final el señor gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se ha salido con la suya: nos va a sacar a todos los españoles los 90.000 millones del FROB para algo totalmente innecesario: que las cajas se conviertan en bancos y que muchas empresas españolas participadas por las cajas en su capital acaben en manos de compañías extranjeras o de fondos de inversión, es decir, para convertir España en un páramo industrial.
Por ahora, las cajas en proceso de fusión -11 procesos en marcha- ya han solicitado más de 10.000 millones de euros (oiga, y esto no ha acabado, y faltan las rurales y los bancos), que no deja de ser las dos terceras partes del famoso ajuste del pasado miércoles 26 de mayo. Y, no lo duden, se gastarán los 90.000 millones de euros previstos, en lugar de dejar que su alabado mercado sea quien lleve al podio a los buenos y al cadalso a los malos sin gastar un euro de dinero público. Estamos haciendo un pan como unas tortas.
Insisto en el principio primero: si un banco está quebrado no hay que salvarlo, hay que dejarlo quebrar y pagar a sus ahorradores los 100.000 euros por cuenta corrientes previstos en la ley. En definitiva, hay que salvar al ahorrador, no al gestor ni al accionista, que lo necesitan menos y son responsables de su gestión o de su inversión. Eso es liberalismo: lo otro, lo de los salvamentos, no es sino mucha jetadura.
¿Que por qué alguien va a pedir créditos al FROB al 7,75% de interés? Pues no lo duden, porque no los van a pagar. Si no, al tiempo. Y por una segunda razón: porque al rebufo de una fusión se puede conseguir el objetivo real del gestor en apuros: que los sindicatos acepten reducciones bruscas de plantilla y que el Estado corre con parte del coste del despido.
Y no es por fastidiar, pero recuerden que 90.000 millones de euros no deja de ser el séxtuplo de lo ahorrado con el severísimo plan de ajuste aprobado el pasado miércoles 26 y que supondrá un buen varapalo para funcionarios y pensionistas.
Eulogio López
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