• Una entidad en la que los accionistas solo han puesto el 2%.
  • ¿Y por qué se le permite esto Porque no es un banco.
  • Y encima, ellos mismos dicen que no pueden influir en el mercado inmobiliario porque sólo tienen el 4% del mismo.
  • El problema es que nadie está dispuesto a pagarle a la SAREB lo que ella pagó.

Magnífica la presentación que hizo este jueves la SAREB para aquellos a los que les guste leer la información que entregaron y no quedarse sólo con las manifestaciones que hicieron sus responsables.

Lo primero que llama la atención es que la financiación ajena de nuestro querido banco malo es del 98%, o dicho de otro modo: que los accionistas sólo han puesto un 2% o, si lo quieren decir de otro modo, que tiene un apalancamiento de 49 a 1. Un apalancamiento de ese calibre se consentía en banca hasta hace relativamente poco, pero con las nuevas exigencias de patrimonio neto a las entidades, que se han venido imponiendo desde 2010 hasta ahora, ya no es así y se ha reducido a poco más de 10 a 1.

Pero como todo el mundo sabe el banco malo no es un banco y, por tanto, no se le aplica la regulación bancaria. Esto realmente sería un tema baladí, que a la SAREB no se le aplique la regulación bancaria parece razonable, si no fuera por lo que significa estar endeudado en un 98% de tus activos. Lo que quiere decir es que si el precio de los inmuebles y los créditos con garantía de inmuebles caen más de un 2%, la SAREB estaría quebrada y, lo que es peor, el auditor debería informar de ello en su informe de auditoría.

Recordemos, además, que el 80% de los activos de la sociedad presidida por Belén Romana (en la imagen) son créditos con garantía de inmuebles que en los balances de las entidades cedentes habrían exigido muy probablemente más provisiones en el futuro, pero no en el de la SAREB porque el banco malo no es un banco, como todo el mundo sabe.

No nos extraña, por tanto, que los responsables de la SAREB insistan en que ellos no pueden influir en el mercado porque ¡sólo tienen el 4% del mismo! Pónganlo todo a la venta para liquidarlo en breve plazo, como le piden las autoridades europeas, y verá usted si con un 4% mueve o no mueve el mercado.

Y claro que lo mueve y, lo que es peor para usted, a la baja y en más del 2%. Es decir, se quiebra usted solo en cuanto se mueva. Tal vez por eso se mira tanto al alquiler, que está muy bien, no cabe duda, como política de gestión de la cartera de inmuebles, por un lado, y de retraso y extensión de las ventas en el tiempo lo más posible para evitar la caída de los precios, por otro. Algunos dirán que la SAREB compró con grandes descuentos.

Es verdad que lo eran sobre los mejores precios que llegaron a tener los activos que al final adquirió, pero también es verdad que la SAREB pagó un precio que nadie más en el mercado estaba dispuesto a pagar por dichos activos. O dicho de otro modo, nadie está dispuesto a pagarle a la SAREB lo que ella pagó. Tampoco nadie fuera de España ha suscrito capital de la entidad, a pesar del esfuerzo del Gobierno por ello, lo que parece hacernos pensar que fuera de nuestras fronteras no saben lo que es un buen negocio.

Tal vez por ello, la SAREB mira tanto a los particulares ahora y pide el concurso de las entidades cedentes de los inmuebles para ayudarle en la colocación de los mismos. Las entidades cedentes, casi todas ellas antiguas cajas de ahorros, han demostrado capacidad de colocación entre sus clientes de cualquier cosa. Ahora les será más fácil, porque el grifo del crédito sólo se va a abrir para la compra de inmuebles de la propia entidad o de la SAREB que pagará una buena comisión por la venta. No cabe duda de que los extranjeros no saben lo que es un buen negocio.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com