El vicepresidente económico, Pedro Solbes, afirmó ayer en una entrevista con la agencia oficial que trabajaría por una reforma del sistema de financiación autonómica para esta legislatura, aunque se muestra consciente de que el calendario electoral no deja mucho margen y tranquilidad política para realizar una reforma de estas características. ¿Va a reformar el sistema de financiación autonómico antes de las autonómicas y las generales, a qué no?, retaba el ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Solbes sabe que Montoro tiene razón y por eso añade que si la reforma no se realizara en esta legislatura será la primera preocupación tras las elecciones. O sea, que la reforma se aplaza para la próxima legislatura. Y por cierto, que es posible que entonces, don Pedro no esté al mando de los dineros, porque como recuerda un día sí y otro también su compromiso con Zapatero es para una legislatura; después, ya veremos.
Más bien parece probable que Solbes no siga. Al menos se comporta como si no fuera a seguir, con agenda propia y sin consultar a Zapatero, a quien desprecia intelectualmente. Así que advierte a los nacionalistas de todos los partidos y todas las CCAA que las inversiones estatales en infraestructuras las decide el Parlamento y que el Fondo de Compensación Interterritorial seguirá garantizando la solidaridad entre todos los españoles. Unas afirmaciones que han soliviantado los ánimos de los barones socialistas, incluido Montilla, que se sube por las paredes ante el centralismo de Solbes.
Tras las elecciones tocará reformar el modelo de financiación autonómico. Un modelo que ha quedado desfasado por un crecimiento poblacional motivado por la llegada masiva de inmigrantes. Este proceso migratorio ha sido muy bueno para el Estado (IRPF, IVA), pero muy malo para las CCAA (Educación, Sanidad y servicios sociales). La reforma del Estatut ha puesto en solfa además los criterios de solidaridad y reparto. Así que el nuevo modelo deberá resolver el sudoku de compatibilizar los criterios de riqueza, población, crecimiento poblacional, dispersión, envejecimiento, insularidad y perifericidad. Mejor que lo resuelva otro.