Las feministas de Podemos o de Sumar sólo se rasgan las vestiduras ante una violación si el violador es español. Si es musulmán Marlaska asegura que la ultra derecha miente con las cifras y Ione Belarra dirá que hay mucha islamofobia y que la población musulmana sufre una estigmatización fascista. No es coña, la majadera navarra dijo esto mismo cuando aún estaba caliente el cadáver de Sacristán asesinado en Algeciras por un musulmán al grito de Alá es Grande y se quedó tan ancha. 

Por cierto, el susodicho fanático musulmán no entrará en prisión sino que será encerrado en un psiquiátrico.  

Pues en el México cabeza abajo de Claudia Sheinbaum ocurre algo parecido con las indígenas del México precolombino. Eran los buenos, los malos eran los conquistadores españoles que fueron los que civilizaron el país. 

Sheinbaum, comunista, feminista e indigenista, ha declarado 2025 el año de la mujer indígena, lo que ha sido aprovechado por el gobierno español para financiar exposiciones delicuescentes y, sobre todo, ha llevado al dulce Albares a pedir perdón por al borde España en México... lo que provocó una hemorragia de placer en doña Claudia, otra majadera en cuya ceremonia de coronación como presidente de México hubo hasta danza indigenista de naturaleza satánica.

Pues bien, ahora va el aún más majadero sumarita Ernest Urtasun, un enemigo jurado de la sensatez, y vuelve a pedir perdón por lo malos que era el tal Hernán Cortés y sus amigos.

Pues habrá que repetir lo mismo: no hay nada por lo que pedir perdón y sí mucho por lo que los mexicanos deben estar agradecidos a los españoles. En primer lugar, por liberarles del yugo azteca, una panda de salvajes caníbales cuyo identificación primera eran los sacrificios humanos.

¿Y la mujer? Pero es que hemos olvidado que el oligofrénico de Moctezuma poseía 700 mujeres-a qué poco tocaban- sacadas de su familia para servir en el gineceo del Rey.

Y por esto, los exacerbados de Albares y Urtasun están pidiendo perdón.