Sr. Director:
A Rafael Simancas no le gusta las libertades, y menos la libertad de enseñanza y que los padres elijamos la educación que prefiramos para nuestros hijos. Él parece partidario de la colectivización de la enseñanza y de la sovietización madrileña. No le sirve que Monte Tabor haya ganado un concurso público, que en Pozuelo haya excedente de plazas educativas públicas, ni le sirve que los padres tengamos derecho a educar a nuestros hijos. No. Al señor Simancas sólo le debe servir aquello que le permita el control ideológico de todos los contribuyentes que, por cierto, le costeamos su persecución a nuestra libertad. ¡Ah, señor Simancas! Educación diferenciada no es segregación. Como no lo es tener retretes separados para hombres y mujeres. O para ciudadanos A y de ciudadanos B. Como usted prefiera.
José Luis Hernangómez de Mateo
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