Nervios en el Santander alrededor de la sucesión. Decíamos ayer que Ana Patricia Botín exigía que se fechara la sucesión para el 1 de julio de 2011. Pero el problema no sólo es la fecha sino que la presidenta de Banesto no aceptará otra cosa que la Presidencia -no la consejería delegada- e incluso, con una condición extra: sólo si cuenta con el apoyo de los fondos -preferentemente norteamericanos- que tiene sindicados sus acciones con la familia Botín. Ana Patricia se ha ido construyendo su alternativa de futuro a la Presidencia del banco, aunque naturalmente nunca ha renunciado a la primera opción: sustituir a su padre.
La tensión es máxima en Boadilla del Monte (Madrid), la sede social del Santander. Preocupa la salud de Emilio Botín, y preocupa la sentencia del Caso Olavarría Delclaux, que, de repetir el fallo de la Audiencia Provincial de Barcelona, que le condenó a seis meses de cárcel, le obligaría a dimitir.
Para ese caso, sucesión en el puesto de CEO, que no en la Presidencia, ya hay dos personas que han movido ficha: el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, y el consejero y ex presidente de Argentaria, Francisco Luzón. Por decirlo en breve: si Ana Patricia no acepta ser consejera delegada sino presidenta, ellos sí están dispuestos a sustituir a Sáenz como CEO. Para Luzón sería una resurrección en toda regla, tras perder la batalla por su ex compañero del Banco de Vizcaya, Alfredo Sáenz, como primer ejecutivo del Grupo. Rodríguez Inciarte no se resigna a seguir marginado como bancario en la importante, aunque limitada, sección de Riesgos, y también puja por el cargo, aunque la última palabra la tiene el Supremo.
Si, como espera Botín, la sentencia es favorable para la entidad, don Emilio Botín, que el pasado 1 de octubre cumplió 76 años, seguirá con Sáenz como tándem mientras el cuerpo aguante, aunque, eso sí, si su idea es que su hija primogénita le suceda lo cierto es que ésta empieza a cansarse.
Lo mejor: hay que reconocer que la marcha del banco no se ha ralentizado por la cuestión sucesoria. Eso sí, Sáenz ha sustituido a Botín en algunas gestiones que siempre se había reservado Botín, como el contacto con las autoridades polacas tras la adquisición del Zachodni WBK, por 2.938 millones de euros.
Eulogio López
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