Uno de los tres temas de los que el actual consejero delegado de Metrovacesa, Eduardo Paraja, acusa a Joaquín Rivero es el asunto del fondo de Stratum, la sociedad inversora que utilizaba un vehículo de inversión en Luxemburgo. Rivero sale al paso de las acusaciones de que se trataba de un paraíso fiscal y apela a las ventajas fiscales. Pero insiste en la necesidad de confidencialidad. Cuando le preguntan sobre el detalle de las inversiones, responde que no se acuerda, pero cuando le preguntan directamente si había inversiones en la constructora francesa Eiffage, responde que sí, había algunas acciones. Y esas acciones pasaron de los 140 euros a los 30, razón de las minusvalías.
¿Cuál es la clave? Fácil: se trataba de un parking financiero con inversiones en Eiffage. Estaban ocultas para evitar acusaciones de concertación. Y este es el detalle que Rivero no quiso contar por carta notarial a Paraja, aunque se ofreció a explicárselo en persona.