Durante la presentación del congreso 'Las nuevas fronteras de la genética y el riesgo de la eugenesia', que se celebró en el Vaticano, monseñor Fisichella señaló que este tipo de experimentaciones, experimentación genética en humanos, se suelen presentar bajo el "rostro consolador de quien querría mejorar físicamente la especie humana" tal y como demuestran "diversos proyectos de orden científico, biológico, médico, social y político".
Sin embargo, dichos proyectos acaban practicando la eugenesia en nombre de un cierto concepto de la 'normalidad'. Esta mentalidad "reductiva" tiende a considerar que hay personas que tienen menos valor que otras, ya sea a causa de sus condiciones de vida, tales como la pobreza o la falta de educación, como a causa de sus condiciones físicas, como por ejemplo, los discapacitados, los enfermos psíquicos, las personas en 'estado vegetativo' o las personas ancianas con graves patologías. Desgraciadamente la eugenesia está implícita en algunos programas de seguimiento de embarazos. Vuelva en dos meses, repetiremos la ecografía y si hay algo anormal lo eliminamos dijeron en el seguimiento de una gestación normal a la señora que atiende mi casa.
El riesgo de que, poco a poco, la experimentación genética vaya tomando esta "deriva" no es "sólo teórico sino un hecho" y se corresponde con una mentalidad que tiende lentamente pero inexorablemente a difundirse cada vez más.
Algún nuevo avance puede acelerar este proceso de deshumanización, tal vez por ello se deban tomar todas las precauciones.
Jesús D Mez Madrid