La preocupación de Telefónica por la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es proverbial, es reconocida en todo el mundo hispanoamericano. Buena prueba de ello son los concursos de culos -humanos y femeninos, aunque esta tendencia machista seguramente será corregida en breve- porque el ano, no lo olvidemos, es en lo primero que piensan los anglosajones cuando piensan en Iberoamérica, amén de un órgano muy necesario para salir adelante. (Ver foto).
Los criterios que la empresa presidida por César Alierta para valorar un buen culo, son los siguientes: bronceado, redondez, proporcionalidad, nivelación y textura. No tenemos claro cómo hacen los jueces para evaluar la textura, una cualidad mayormente táctil. Tampoco queremos ser tan curiosos: sólo resaltar la encomiable tarea que, en forma de obra benéfica y social, de carácter onegera, patrocina Movistar por aquellas tierras. El presidente de Telefónica Iberoamérica, Álvarez Pallete debe sentirse muy satisfecho por la lucha contra la miseria en Perú. La batalla contra la incultura y la marginación precisa del esfuerzo de todos, incluida la libertad de enseñanza.
De esta manera, se percibe cómo Telefónica Perú valora a la mujer por la parte más prominente de su personalidad. Alberto Andreu, encargado de RSC muestra así su insondable progresismo ajeno a las tesis de la caverna que pretende ocultar las capacidades de la mujer. Quizás por este tipo de concursos la RSC también es conocida como Reputación Corporativa (RC).
En cualquier caso queremos manifestar que, a pesar de las apariencias, Movistar no va de culo.
Eulogio López
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