Con la última encuesta periodística en la mano, el líder popular exige a los suyos una unión sin fisuras, es decir, aviso para Alberto Ruíz Gallardón y Esperanza Aguirre. Rajoy insiste en que el aislamiento al que quiere someterle el PSOE le beneficia y evoca el caso Sarkozy. No obstante, intentará una aproximación a CiU y PNV
La verdad es que ya conocía, antes de publicarse, los resultados de la encuesta de Iberconsulta para La Razón, que se publicó en la edición del lunes 18, pero el líder del PP ha aprovechado para lanzar las campanas al vuelo: según el estudio, la intención de voto del PP es del 40,6% frente al 39,7% del PSOE. Es la segunda vez que el PP adelanta a los socialistas y la primera desde la ruptura de la tregua de ETA. Rajoy es muy consciente de que ZP es más popular que él, pero recuerda que el PSOE pretende instaurar un régimen, a costa de aislar a los conservadores, por lo que ha impuesto la teoría de "un voto más".
En otras palabras, si rajoy obtiene en las generales de 2008 un solo voto más que el PSOE –y, con permiso de la Ley D'Hondt, un escaño más-, exigirá la formación de gobierno por muchos aliados con los que cuente el PSOE. Esa es la razón por lo que al líder gallego le preocupa la situación en Canarias. A fin de cuentas, lo que pretende instaurar es la teoría de la lista más votada, pero Coalición Canaria le exige que rompa esa doctrina para poder gobernar en el archipiélago a pesar de que la lista más votada allí es la del socialista López Aguilar.
En paralelo, Rajoy repite a los suyos que los socialistas están cayendo en el síndrome Sarkozy. En otras palabras, la candidata socialista Segolene Royal, forzó en las presidenciales francesas un arco de alianza demasiado amplio, que iba desde la ultraizquierda hasta el centro derecha de Bayrou. La consigna era "Sarkozy da miedo". Pero el tiro le salió por la culata y ante una alianza tan curiosa, similar a la que pretende el PSOE (socialistas, comunistas y nacionalistas), muchos se volvieron hacia el conservador Sarkozy. A eso es justamente a lo que quiere jugar Rajoy.
Eso sí, el presidente del PP considera que esta estrategia sólo es posible con una unidad pétrea en el partido. Esto representa dos cosas: en primer lugar, una advertencia seria a Alberto Ruíz Gallardón y Esperanza Aguirre, ambos aspirantes al número dos. Por otra, la insistencia en los dos "valores" a los que deben aferrarse los líderes del PP: españolismo y liberalismo.