La crisis económica no ha tocado fondo, asegura el presidente del PP; y predice que la deuda del PSOE ahogará a los españoles. Criticas al CIS por sus errores en las encuestas

 

Primera intervención de Mariano Rajoy tras su victoria electoral del domingo

Quiero agradecer el esfuerzo que habéis hecho en esta campaña y ruego que se transmita este agradecimiento a nuestros militantes y, de manera muy especial, a nuestros interventores, apoderados y, por supuesto, a todas aquellas personas que han confiado en el Partido Popular en estas elecciones.

En la reunión de la Junta Directiva Nacional posterior a las elecciones del 1 de marzo dije dos cosas que quiero reiterar ahora. La primera es que la victoria acompaña siempre a quien cree en ella y lucha por ella. Y, desde luego, los militantes del Partido Popular han creído en la victoria y han luchado por ella y todos, que hemos recorrido buena parte de España en estas últimas fechas, somos testigos de que eso ha sido así. Y la segunda es que se pueden ganar elecciones en situaciones difíciles si se afrontan desde la fortaleza, la unidad y las convicciones. No hemos tenido muchos apoyos fuera, como es sabido, pero aún así hemos ganado y hemos ganado porque hemos defendido aquello en lo que creíamos, y lo hemos hecho con firmeza y con convicción.

Yo quiero dar las gracias de manera muy especial a dos personas: a Ana Mato, que ha dirigido la campaña de una manera extraordinaria, como extraordinarios han sido los resultados estamos muy contentos; y a nuestro candidato, nuestro número uno, Jaime Mayor, que ha sido claramente superior a su principal adversario, no sólo en los debates que toda España que quiso verlo puedo hacerlo-, sino en el discurso, en la presencia y a la hora de generar confianza.

Los resultados electorales ya han sido resumidos en las intervenciones anteriores y particularmente en la de la coordinadora de campaña. Yo sólo añadiré algunas reflexiones y algunos datos que me parecen interesantes. Comenzaré con los datos. La participación no es alta si la comparamos con otro tipo de elecciones, pero es más alta que en el año 2004, últimas elecciones europeas que se celebraron en España, y además es superior a la media europea y más alta que en los grandes países de la Unión Europea como puede ser Alemania, Francia y Reino Unido, lo que da un mayor valor a nuestra victoria.

El resultado es el mejor en porcentaje en la historia de nuestro partido en unas elecciones europeas, el 42,2 por ciento. Ni en el año 87, ni en 89, ni en el 94, ni el 99, ni en el 2004 habíamos tenido un resultado mayor en porcentaje. No en términos absolutos porque, como es sabido, en dos elecciones coincidieron con otras convocatorias electorales y eso dio lugar a que hubiera una participación mayor. Pero sí hay un dato que me parece muy significativo. Por primera vez en la historia, la suma de los votos del PSOE e Izquierda Unida es igual a los votos que ha obtenido en solitario el Partido Popular. Este es un dato muy relevante y que, sin duda alguna, nos debe animar mucho de cara al futuro.

Otro dato que me parece relevante es la extraordinaria victoria del Partido Popular Europeo, es decir, el triunfo del Partido Popular en toda Europa. Lógicamente, a partir de aquí, son más de 100 escaños, están abiertas todas las alianzas, las distintas responsabilidades, el nombramiento del presidente del Partido Popular Europeo. Hemos encargado a Jaime Mayor que pilote todos estos asuntos, que sin duda alguna tienen una gran importancia para el futuro próximo.

Me parece importante señalar que los Gobiernos han ganado las elecciones: en Alemania, en Francia, en Italia. Donde han perdido los Gobiernos, han sido los socialistas, fundamentalmente en España, en el Reino Unido y en Portugal. Los Gobiernos de centro-derecha han ganado las elecciones y los Gobiernos, por lo general, han ganado las elecciones. No ha ocurrido así en España.

Quiero decir también que el Partido Popular español tiene prácticamente los mejores resultados de toda Europa. Nos supera Hungría por las circunstancias excepcionales que allí se han dado y nos supera, pero por muy poco, el Partido Popular en Polonia. Somos el tercer partido de todos los Partidos Populares europeos en cuanto a apoyo por parte de los ciudadanos.

También quiero señalar -aunque es un dato que hay que tomar con mucha prudencia- que si se hubieran celebrado elecciones generales, el Partido Popular hubiera obtenido 169 diputados; el PSOE, 149; CiU, 13; el PNV, 6; ERC, 4; CC, 2; Izquierda Unida, 3; UPyD, 2; e Izquierda Internacionalista, 2.

Y si las elecciones se hubieran celebrado con 54 escaños como la vez anterior, el Partido Popular tendría 25 y el Partido Socialista tendría 22.

Por último, quiero decir que queda pendiente el análisis sobre los trasvases de votos que se hayan producido, pero hay un asunto al que quiero adelantarme. Nosotros hemos ganado las elecciones por 600.000 votos largos. Esta es una cifra muy importante porque hace año y pico perdimos las elecciones generales por 900.000 votos votando muchísima más gente. Porque los dos grandes partidos pasamos, y con claridad, de 10 millones de votos; más, el Partido Socialista. Y ahora estamos en cifras de 6 millones de votos.

Es decir, en cifras de 6 millones de votos hemos ganado por 600.000 votos largos y en cifras de 10 millones hemos perdido por 900.000. Ahora las elecciones se ganan por la diferencia en la que se ganan. Este es un dato no menor, muy importante y que no he visto excesivamente reflejado ni analizado a lo largo de estos días.

Quiero hacer, además de los datos, dos o tres reflexiones. El primero es que la lista de ETA no ha entrado y ese es un dato muy positivo, pero ha tenido el 15 por ciento de los votos y eso nos debe hacer estar muy atentos y seguir trabajando en el futuro. Recordemos que uno de los aspectos más significativos y uno de los puntos básicos de la lucha antiterrorista es que los terroristas no tengan representación en las instituciones. Por tanto, hay que seguir muy atento a este asunto de cara a las próximas convocatorias electorales.

También como reflexión, ha fracasado abiertamente la campaña del miedo y de la demonización del adversario. La campaña del Partido Socialista ha sido una campaña contra el Partido Popular, no ha habido una campaña a favor de nada, ha sido contra el Partido Popular, en los anuncios en los medios públicos de comunicación, en los anuncios en las televisiones y también, e incluso, en la carta que el candidato socialista y que el presidente del Gobierno remitieron a sus casas al conjunto de los electores. Este es un dato muy significativo y conviene que, de cara al futuro, algunos saquen consecuencias.

Otra reflexión que quería hacer es que el juego sucio, la exageración, el pasarse en la crítica y en la actuación y el intento de instrumentalizar los tribunales han fracasado. Y por eso, allí donde ha ocurrido el Partido Popular ha ganado con más claridad que nunca las elecciones.

También quiero decir que el CIS debería hacer un esfuerzo por acertar. El CIS tiene más dinero, más medios, más tiempo y más encuestas que nadie y corre el riesgo de convertirse en un instrumento poco fiable, cosa que no nos gusta nadie, a ningún ciudadano seamos del partido que seamos. Ha sido el único, con otra excepción, que ha dicho que el Partido Socialista iba a ganar las elecciones.

Y, por último, y esta reflexión me parece relevante, el PSOE dice que ha perdido por la crisis, pero el PSOE también dice que la crisis es mundial y europea. Con lo cual, si el PSOE ha perdido por la crisis y la crisis es mundial y europea, ¿por qué no han perdido por la crisis el Gobierno alemán, el Gobierno francés, el Gobierno italiano o la mayoría de los Gobiernos europeos?

El PSOE ha perdido por su actitud ante la crisis, que no es lo mismo. Ha perdido porque muchos españoles se sintieron engañados, porque es incapaz de aportar soluciones y un plan para abordar la crisis económica, porque no tiene política económica y porque ha hecho una campaña de demonización del adversario y no ha hecho ni una sola propuesta a lo largo de la misma.

Y quiero decir que el Partido Popular ha ganado las elecciones porque estamos en el buen camino y hay mucha gente que ha percibido el esfuerzo que hemos hecho en el último año. Hemos ganado las elecciones en Galicia, hemos hecho lo que teníamos que hacer y se sabía que íbamos a hacer en el País Vasco y ahora hemos ganado las elecciones europeas. Dicho esto, yo pido que no haya ninguna autocomplacencia, digo que hay que redoblar los esfuerzos y yo, desde luego, me voy a exigir a mí mismo mucho más de lo que me he exigido en el último año, que ha sido mucho. Por tanto, esto que le pido a todo el mundo, anuncio que me lo voy a aplicar.

Nosotros vamos a seguir hacia delante y vamos a seguir por nuestro camino, y ojala que nos sigan muchos, ojala que nos sigan todos. Yo, desde luego, en este partido cuento con todos y haré cuanto esté en mis manos para que así sea. Y cuento con todos aquellos que fuera siempre nos han apoyado y haré todo lo posible para que así sea. Pero sí tengo que decir que nosotros vamos a seguir adelante, por nuestro camino, y nuestro objetivo es hablar con los españoles y ganarnos su confianza. En ese camino, contamos con todo el que quiera apuntarse a lo que defienda el Partido Popular.

Ahora, ¿qué hay que hacer? En primer lugar, hay que cumplir con el compromiso que hemos contraído con nuestros votantes. Nosotros hemos hablado de Europa en la campaña, otra cosa es la habilidad que hayamos tenido para lograr transmitirlo o la voluntad que haya habido de transmitirlo.

Nosotros hemos asumido tres grandes compromisos ante los españoles, el candidato de manera muy singular. El primero, trabajar en Europa para avanzar en el proceso de integración europea. Por tanto, nosotros vamos a trabajar para avanzar en el proceso de integración europea. En segundo lugar, trabajar desde Europa, y por supuesto desde España, para dar respuesta a la crisis económica que en este momento está sufriendo España y para que se cree trabajo y termine la sangría del paro. Y en tercer lugar, defender los intereses españoles que nos hemos comprometido a defender y particularmente los de nuestro sector agrario hemos hablado en campaña del vino, del aceite de oliva, del tabaco, del plátano, de las frutas y hortalizas, nos hemos reunido con mucha gente-, del sector ganadero y del sector de la pesca.

Estamos creando un grupo de trabajo en el que habrá representación de diputados del Parlamento Europeo y también de las Cortes nacionales para la Presidencia europea. Nosotros apoyaremos al Gobierno en todo aquello que haga bien, pero sobre la base de cuáles son nuestros objetivos. No queremos una Presidencia europea de verborrea, de palabras, de marketing y de intento de sacar rentabilidad política. Queremos ocuparnos de los asuntos que le importan a los españoles: la crisis y nuestros sectores.

En España hay algo evidente y algunas conclusiones que podemos sacar de esta campaña electoral y de los resultados. Los españoles han dicho que no al tiempo de las palabras vanas, de la negación de la realidad, del populismo, de los que siembran la discordia y de los que quieren dividir a los españoles entre españoles buenos y españoles malos. Y los españoles han demandado sensatez, sentido común, cordura y rigor. Lo que piden es que trabajemos para cambiar la crisis por el bienestar, el paro por el empleo y la desesperanza por la ilusión. Esa es la conclusión que yo saco de los resultados electorales.

El Gobierno de España carece de un proyecto válido para afrontar los problemas de los españoles y para unirlos en torno a un futuro compartido por todos. Esto es un hecho objetivo. Aquí no hay un proyecto para abordar los problemas y, desde luego, no hay un proyecto para unir a todos los españoles porque lo que se pretende es justamente lo contrario.

El Gobierno de España tiene hoy menos apoyo social en la calle y en los españoles que hace un año y tres meses y el Gobierno español tiene menos apoyo en el Parlamento que el que tenía cuando comenzó la Legislatura. De hecho, está en minoría. No veo fácil que el Gobierno rectifique, y además no sé si quiere rectificar, o si puede, o si tiene alguna idea para hacerlo. Pero lo que sí veo claro es que sin proyecto, sin ánimo de apostar por la concordia y sin apoyos definidos, no es fácil gobernar por el bien común. Por tanto, ese es el escenario que tiene el Gobierno de España y ellos sabrán que es lo que tienen que hacer.

Nosotros ahora tenemos una gran responsabilidad y sí sabemos lo que tenemos que hacer. Lo que se nos pidió el domingo es liderar un proyecto que permita superar la crisis y devolver la confianza a los españoles. Y, por tanto, lo que nos toca ahora es hacer realidad esa alternativa, y lo vamos a hacer. Nosotros vamos a trabajar para que haya en España un cambio de políticas. Vamos a escuchar a todos: a las fuerzas políticas, a las fuerzas sociales y a los españoles. Vamos a trabajar para ganar la confianza de todos los españoles, que es nuestra prioridad básica. Vamos a adoptar los medios que consideremos más útiles en cada momento para cambiar las cosas. Hemos conseguido muchos acuerdos parlamentarios e intentaremos forjar más a partir de ahora.

No voy a entrar en detalles porque hay muchos asuntos en la vida nacional, pero sí voy a recordar una cosa. El asunto que más preocupa a los españoles, el que más sigue preocupando a los españoles, hoy en día es la crisis económica, su vida, el aumento del paro y la falta de empleo.

Quisiera hacer algunos comentarios sobre la situación económica, sobre cuál es la posición del Partido Popular y sobre lo que creemos que se debe hacer en los próximos tiempos. Lo primero es muy importante y es no reincidir en los errores de diagnóstico. Aquí se ha engañado a la gente, se ha dicho durante mucho tiempo cosas que no eran ciertas. Sería muy bueno que no se dijeran cosas que no son ciertas y, por tanto, que no vuelva a haber errores en el diagnóstico porque eso va a dificultar mucho más las cosas.

En los próximos meses es posible, yo tampoco me atrevo a asegurarlo, que haya algunos datos que puedan malinterpretarse y crear expectativas que no se correspondan con la realidad. Hay que decir porque hay que decir la verdad a la gente- que una mejora exclusivamente estacional y típica de la economía española en el segundo y tercer trimestre del año no significa que se haya tocado fondo y, por tanto, que haya que actuar como si la recuperación hubiera comenzado.

Yo sólo quiero recordar una cosa, que son las previsiones sobre la caída del PIB este año y el año 2010. Creo que hay que tener clara una cosa para poder actuar en consecuencia: la desaceleración del ritmo de la caída no quiere decir recuperación sino deterioro más suave de una muy mala situación de partida. Por tanto, al margen de cuando se toque fondo, lo importante son las tareas que hay que hacer, las que tiene que hacer el Gobierno y las que nosotros tenemos que exigir que haga.

Quiero decir, en primer lugar, que el Gobierno se ha inventado ahora lo del nuevo modelo económico. Ya no voy a hacer crítica sobre lo que hicieron en los cinco años, sobre los elogios que hacían del modelo, no voy a entrar en eso. El Gobierno está hablando de un nuevo modelo económico, no sabemos exactamente en qué consiste, el único apunte entendible fue el de Rodríguez Zapatero en plena campaña electoral, que dijo que su modelo económico era menos cemento y más conocimiento. Yo entiendo que esto no significa nada, pero es la única pista que le ha dado el Gobierno a la sociedad española. Pero la idea que subyace es que alguien, desde el despacho de un Ministerio, es capaz de identificar cuáles van a ser los sectores productivos de futuro de un país.

Desde mi punto de vista y tras lo que llevamos visto en los últimos años, esto es poco más que una continuación de la estrategia de puro marketing que llevó primero a negar la crisis, más tarde a minimizarla, después a plantear desordenadamente medidas teóricas correctoras para acabar con esto del nuevo modelo de crecimiento.

En nuestra opinión, el camino se recorre al revés. Los poderes públicos deben contribuir a la creación de un marco favorable a la creación económica, a remover los obstáculos al desarrollo, a propiciar un entorno favorable a los emprendedores, a los que se arriesgan y a los innovadores. Dicho de otra forma, los poderes públicos deben crear las mejores condiciones para el desarrollo empresarial y, cuando eso ocurre, las empresas surgen, los proyectos aparecen, los países prosperan, hay más bienestar, más riqueza y más empleo. Por tanto, hay que hacer otras cosas distintas de eso que no sabemos qué es lo que es que el Gobierno pretende hacer.

Hay tres o cuatro asuntos que quiero dejar claros porque deben constituir línea de actuación para los próximos meses. En primer lugar, es capital en España la austeridad en las Administraciones Públicas. Hay que controlar el gasto y gastar bien, de forma adecuada a las necesidades de cada momento. Voy a dar un dato, pero debe movernos a la reflexión de cara al futuro. Si todo sigue como el Gobierno está llevando a cabo, en tres años la deuda pública se va a incrementar en 30 puntos del PIB. Vamos a pasar del 36,2 al 66,2. Es decir, que vamos a desandar todo el camino que anduvimos y que todo el mundo sabe que costó mucho hacerlo desde el año 1996.

Estos incrementos de deuda o de déficit los pagaremos en impuestos o en menos servicios. Pero en una coyuntura como la actual, donde hay una restricción crediticia global, esto provoca unos efectos inmediatos terribles, y voy a dar otro dato. El crecimiento del crédito a las familias y a las empresas ha caído 10 puntos mientras que para las Administraciones Públicas ha crecido 23 puntos. Este es un dato muy importante. De cada 3 euros que se prestan, uno lo recibe la Administración. No olvidemos que quien crea riqueza, quien crea bienestar y quien crea empleo son las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores autónomos.

Por tanto, por muchas razones estructurales y coyunturales, lo primero que debe hacer el Gobierno y lo primero que debemos defender nosotros es austeridad en el manejo de los fondos del contribuyente.

En segundo lugar, prioridad absoluta en estos momentos es la reestructuración del sector financiero. Lo del ICO lisa y llanamente no ha funcionado porque el endeudamiento empresarial en España es de 1,4 billones y los créditos de los que estamos hablando son 30.000 millones. Por tanto, esto no ha funcionado. Lo que hay que resolver es el problema de la reestructuración del sector financiero.

Es evidente, si lo que juzgamos son los hechos, que el Gobierno no tiene ninguna prisa, pero también es evidente que ha tenido que intervenir una entidad financiera y que ha quedado muy claro que no se puede seguir improvisando. No sabemos exactamente a lo que espera el Gobierno, lo que sí sabemos es que todo el mundo le dice que tiene que gobernar y lo que sí sabemos también es que nosotros -ya antes del Debate del Estado de la Nación- le hemos dado por escrito lo que pensamos sobre este asunto. Lo que debe hacer el Gobierno, y debe hacerlo ya según le demanda todo el mundo, es establecer una hoja de ruta que defina la magnitud del problema, plantee los cambios normativos adecuados, defina los itinerarios de las entidades con dificultades, determine la asunción de responsabilidades, los sistemas de entrada y salida del capital de las entidades, cómo se va a mantener la naturaleza de las cajas de ahorros.

Por eso, hay que decir que la aportación de recursos públicos sólo se puede explicar en una crisis tan grave como ésta si el Gobierno nos dice qué problemas hay, cuánto dinero se va a emplear, para qué y cómo se va a recuperar. Esto hoy no lo sabemos. Lo único que sabemos es que todo el mundo le dice que actúe; el Partido Popular, también. Nosotros hemos creado un grupo, Cristóbal Montoro está al frente de la responsabilidad en este tema. Pero insisto en que este es un tema de vital importancia para el futuro de nuestro país, para la recuperación económica y para que se pueda crear bienestar, empleo y riqueza.

Y en tercer lugar, si como sabemos porque todo el mundo lo sabe, entiendo que el Gobierno también- el gran problema de España es la competitividad de nuestra economía, hay que hacer reformas. Mañana le voy a preguntar en las Cortes al presidente del Gobierno si va a hacer reformas. Hay cuatro o cinco que son prioritarias.

La primera, la reforma de la educación. Está muy bien esto que dice el presidente del Gobierno de menos cemento y más conocimiento, pero lo cierto es que el 30 por ciento de las personas que en España estudian abandonan pronto sus estudios, la misma cifra es la cifra de fracaso escolar y el nivel de calidad de la educación deja muchísimo que desear en nuestro país.

En segundo lugar, es precisa una reforma fiscal y hoy sólo debe tener un objetivo, que es apoyar la inversión empresarial. Nosotros insistimos, mejor que dilapidar el dinero público sería rebajar el Impuesto de Sociedades. Esta medida debería complementarse con la regularización de balances, un tratamiento fiscal más adecuado de la morosidad, nuevas tablas de amortización, etc., no voy a entrar en detalles. De lo que se trata hoy en día es de dar un mensaje de confianza y de apoyo a aquellas personas que generan bienestar, riqueza y empleo en España.

En tercer lugar, hay que hacer una reforma del mercado de trabajo. Aquí sí que la posición del Gobierno es de un misterio que es imposible descubrir porque han dicho una cosa, la contraria, han acordado en el Debate del Estado de la Nación a las siete una cosa y a las nueve de la mañana han acordado la contraria. Pero todo el mundo dice que es necesaria una reforma del mercado de trabajo, no sólo el Partido Popular. Abordar cuestiones como la dualidad, la formación profesional, la eficiencia en la cobertura de vacantes, la negociación colectiva, el absentismo laboral, etc... Por tanto, esta reforma es una necesidad nacional hoy en día.

Hay que hacer también reformas institucionales, es capital la reforma de la Justicia. La Justicia tiene que funcionar y el costo de la no justicia desde el punto de vista económico no entro en otras cuestiones- es muy importante.

Hay que hacer una reforma del sistema energético y hay que hacer un debate en serio sobre el futuro del sector y sobre las fuentes de energía para evitar que nos pasen cosas tan pintorescas como ésta que se está produciendo en el caso de Garoña, que es algo verdaderamente notable. El Gobierno en este momento tiene que ir contra su programa, contra su discurso o contra el sentido común. Esa es la alternativa en la que está el Gobierno. O va contra su programa y contra su discurso o va contra el sentido común. Bien es verdad que aún cabe una fórmula intermedia que vaya contra su programa, contra su discurso y contra el sentido común. Pero lo que es evidente es que no podemos seguir funcionando así. La postura del Partido Popular está muy clara, es conocida y, desde luego, tenemos que exigir que estas cosas se piensen atendiendo al medio y al largo plazo, porque hoy en día el Gobierno de España está exclusivamente en lo que le pueda ocurrir en el cuarto de hora.

Hay que hacer una reforma de las Administraciones Públicas y se puede mejorar mucho las cosas. Es mejorable la coordinación, las duplicidades, suprimir lo redundante o lo superfluo y trabajar todos en la misma dirección. Se puede hacer, es difícil, pero al menos hay que intentarlo. Por lo que he escuchado en múltiples reuniones, además de lo que ya sabíamos, hay una demanda muy generalizada de que haya un fortalecimiento de la unidad de mercado. Es decir, no puede haber normativas distintas en todas partes. Nosotros llevábamos en nuestro programa electoral la elaboración de una ley de unidad de mercado y la creación de una comisión nacional de unidad de mercado. Éste es un asunto que preocupa y muchísimo a todos los agentes económicos y a todas aquellas personas que generan bienestar, riqueza y empleo.

En suma, nosotros tenemos una alternativa en lo económico, creemos que las cosas se pueden hacer muchísimo mejor, creemos además que es obligado hacer las cosas muchísimo mejor de cómo se están haciendo y creemos que España tiene posibilidades y se ha demostrado a lo largo de la historia reciente y pasada- para que las cosas vayan mejor.

Corremos el serio riesgo de que si no se hace absolutamente nada, vamos languideciendo poco a poco y esto, que es una crisis de la que se puede y se debe salir en un período de tiempo razonablemente corto o medio, se convierta en algo con lo que tengamos que convivir por la inacción del Gobierno, por sus equivocaciones y por sus medidas equivocadas durante muchos años. Ésta va a seguir siendo nuestra principal prioridad y esta batalla el Partido Popular la va a dar.

Quisiera terminar diciendo algo. Antes hice un breve análisis del resultado de las elecciones, vamos a estudiarlo con mucho más detalle, pero yo quiero que a partir de septiembre comencemos ya a preparar las elecciones autonómicas y municipales en toda España. No queda tanto tiempo, en Cataluña son antes, pero en el resto de España estamos hablando de menos de dos años. Hay que preparar candidatos, no podemos improvisarlos en la última media hora porque la historia demuestra que eso no funciona. Hay que ver por qué hay algunas zonas en las que tenemos un gran resultado en elecciones generales y autonómicas y, sin embargo, no es tan bueno en municipales; o hay que ver las zonas en las que eso sucede al revés.

Tengo la intención a primeros de septiembre de hacer una reunión de presidentes regionales y provinciales para tratar monográficamente de estos asuntos y para comenzar a preparar desde ya las elecciones municipales y autonómicas, que son el reto más importante que como partido tenemos; como españoles, el reto más importante es dar soluciones a una situación que está creando muchos problemas y dificultades a los españoles.

Termino ya. Insisto en todo lo que hemos dicho, en lo que ha dicho Jaime Mayor sobre el resultado electoral y en que este partido sigue por su camino al encuentro de la mayoría de los españoles, que es lo que nos debe preocupar de verdad.

Muchas gracias.