Durante el debate constituyente, 1.300.000 ciudadanos europeos solicitaron la presencia explícita del Cristianismo en el Preámbulo de la Constitución Europea. Fueron firmas recogidas en 23 Estados miembros por 55 ONGs, que representan a 55 millones de ciudadanos. "Ignorar esta iniciativa no puede augurar nada bueno para la democracia en Europa", señala el eurodiputado portugués José Ribeiro de Castro. "Todo esto, junto a la tensión actual en las instituciones europeas, podría llevarnos a una creciente intolerancia del Cristianismo en el nombre de la tolerancia", añade en clara referencia al veto a Buttiglione.
Ribeiro de Castro sostiene que el cierre a la presencia del Cristianismo en el Preámbulo de la Constitución Europea, que se ha firmado hoy viernes 29 en Roma, supone una negación de la realidad histórica y cultura. "Si esa intolerancia crece, supondrá una intolerancia contra el espíritu que dan vida al artículo 2 del Tratado Constitucional", sostiene el eurodiputado portugués.
La iniciativa de Ribeiro de Castro de incluir el Cristianismo en la transposición nacional es apoyada por otros eurodiputados como Simon Busuttil (Malta), Bogdan Klich (Polonia), Miroslav Mikolasik y Anna Zaborska (Eslovaquia), Lorenzo Cesa y Armando Dionisi (Italia) y Jósef Szajer (Hungría). Además, apoyan este proyecto Elmar Brok y Peter Liese (Alemania), Vytautas Landsbergis (Lituania), Ari Vatanen (Francia), Zusana Roithova (República Checa), Marie Panayotopoulos (Grecia). No, ningún español en la lista que ya publicamos el pasado lunes 25 y que ha crecido a lo largo de esta semana.
Los obispos europeos conocedores de esta iniciativa la califican de "buena y legítima". "El mundo es hoy alérgico al Cristianismo y ustedes tienen el derecho de defender respetuosamente sus ideas", afirman los prelados.