Salvo que haya bronca, una asamblea de caja de ahorros no es más que un acto casi protocolario donde se concretan los nombramientos previamente pactados entre las instituciones representadas en el mismo. Sin embargo, la Asamblea celebrada el jueves por La Caixa introdujo en el Consejo de la primera caja del país y primer grupo industrial el nombre de Leopoldo Rodés, el hombre de Jesús Polanco y de los hermanos March, el creador de Media Planning, es decir, de las centrales de medios en España, el mentor de Gedeprensa, otro oligopolio creado en beneficio de los grandes editores y, en resumen, uno de los conseguidores de las familias Polanco-March. Ahora, en nombre de la patronal catalana Fomento, Leopoldo Rodés se aúpa al Consejo de La Caixa.
Al mismo tiempo, se celebraba en Barcelona el Foro Iberoamericano, con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, como anfitrión. El Foro es un invento detrás del cual está Polanco-Felipe González y el mexicano Carlos Slim, creado en el año 2000 a iniciativa de un grupo de empresarios, políticos, representantes de grupo de comunicación e intelectuales para promover la reflexión en áreas de interés comunes a América Latina, Portugal y España. Así lo dice El País, y bien lo sabe, dado que en la reunión, con Leopoldo Rodés como maestro de ceremonias, estaba Gabriel García Márquez (Premio Nóbel de Literatura que se negaba a viajar a España por el visado que se exige a los colombianos, pero que está dispuesto a hacerlo con el nuevo Gobierno, aunque la exigencia de visado no se ha retirado), el escritor de cámara anti-Bush, el mexicano Carlos Fuentes, el presidente de La Caixa de Catalunya, y ex vicepresidente del Gobierno con Felipe González, Narcís Serra; el presidente del grupo multimedia brasileño Abril, Roberto Civita (muy intelectual, incuso edita Play Boy), y, naturalmente, Jesús Polanco y Juan Luis Cebrián.
La crónica de El País sólo tenía un error: hablaba de la presencia del presidente de La Caixa, Ricardo Fornesa, cuando lo cierto es que no estaba allí. Su nuevo consejero Rodés, sí, pero no él. Y mejor no sacar conclusiones precipitadas, dado que los nombramientos de consejeros en La Caixa provienen de las más diversas esferas sociales catalanas, por lo que no puede concluirse que Rodés sea un nombramiento de Fornesa.
De hecho, el Foro Iberoamericano no es más que el soporte mediático (sobre todo mediático), pero también político y económico del nuevo populismo emergente en Hispanoamérica. En el siglo XXI toca populismo de izquierda, que ya no tiene nada que ver con el populismo marxista de los años setenta y ochenta del pasado siglo : ahora prefiere llamarse indigenismo, y que engloba a la vieja izquierda iberoamericana reconvertida que ha alcanzado el poder, o está a punto de alcanzarlo, en los nombres de Nestor Kirchner, Hugo Chávez, Fidel Castro, Lula da Silva, Lucho Gutiérrez, Alejandro Toledo y ahora, más recientemente, Ricardo Lagos. El mexicano López Obrador se convierte en la gran esperanza del Foro para que su influencia llegue hasta Río Grande.
Y así, mientras en Barcelona el Foro brindaba por el futuro hispano al margen de Estado Unidos, en La Habana el venezolano Hugo Chávez y el cubano Fidel Castro ponían las bases de lo que denominan la verdadera integración latinoamericana. Ambos líderes han lanzado desde La Habana el IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que proyecta Estados Unidos, y en el que participan otros movimientos indigenistas que hace mucho ruido en el mundo hispano : el sindicalismo boliviano de Evo Morales. Y es el petróleo venezolano quien financia el proyecto indigenista. Un proyecto que coincide con la estrategia iberoamericana del presidente español Rodríguez Zapatero. Naturalmente, el indigenismo no sería aceptado en Europa, pero zapatero piensa que puede servir para el mundo hispano. Y así se da la circunstancia de que personajes como la secretaria de estado de Cooperación, Leyre Pajín, apoya a los indigenistas incluso cuando atentan contra intereses empresariales españoles y su superior orgánico, el canciller Moratinos, está en la misma línea.
Pues bien, el interés del Foro Iberoamericano en captar a Fornesa es porque el presidente de La Caixa es, precisamente, el empresario español que más desconfía de la inseguridad jurídica que rige en el actual mundo hispano, y que el indigenismo promueve con fruición. Fornesa ha impuesto la norma de un euro invertido en Hispanoamérica, un euro provisionado, de tal forma que si es necesario abandonaría la zona. Las empresas europeas (otra cosa son los gobiernos europeos) tampoco están contra el indigenismo, y el gigante nuclear francés EDF ha sido el primero en abandonar la Argentina con la venta de Edenor.
Incluso el Chile de Ricardo Lagos, que era el país considerado más serio por el empresariado europeo, ha empezado a flaquear. Y no por los desfalcos de la dictadura de Pinochet, sino por las presiones que ejerce el Gobierno socialista de Ricardo Lagos sobre las empresas españolas presentes en el país. Presiones que llegan a solicitar financiación para los socialistas chilenos a cambio de renovar concesiones y actualizar tarifas.
Otras empresas como Telefónica, Endesa, Gas Natural o Repsol (algunas participadas por La Caixa) están tan enfadadas como Fornesa por la informalidad hispanoamericana, pero no son partidarios, como la francesa EDF, de la ruptura total.
El consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián repite que El País no sólo el diario más leído de España, sino el más leído del mundo entre los que se editan en castellano, una frase que resume el espíritu panhispano de Polanco, para quien la prioridad no es Le Monde, sino Iberoamérica. Pero, eso sí, una Iberoamérica con Chávez como amigo, con Felipe González y Carlos Slim como soportes políticos y financieros y, a ser posible, con un López Obrador, actual alcalde de México DF, como presidente de México en 2006. Rodés, con el Foro, le ha puesto en bandeja una plataforma muy interesante para hacerse valer en Iberoamérica.