El Gobierno ha presentado en abril el Plan Anual de Cooperación Internacional para este 2005. Nunca es tarde si la dicha es buena. El plan contempla unas ayudas a la cooperación de 2.600 millones de euros, equivalentes al 0,31% PIB o a 63 euros por persona y año. Según De la Vega, se trata de "más ayuda, más calidad y más coherencia" en el camino de alcanzar el 0,5% del PIB en ayuda al desarrollo al finalizar la legislatura.
Lo más llamativo es que la "erradicación de la pobreza", de la que habla De la Vega, o de desarrollo económico se habla poco. En concreto, la vicepresidenta fija cuatro ejes alcanzados -afirma- con el máximo consenso. A saber: derechos humanos, igualdad de género, sostenibilidad medioambiental y respeto de la pluralidad cultural. No sabemos por qué, pero imaginamos que Cuba no estará presente en el capítulo de Derechos Humanos. Y tampoco sabemos por qué, pero sospechamos que "cooperación internacional" se va a convertir en el capítulo mediante el cual, el gobierno va a exportar la revolución ideológica. Algo que no tiene nada que ver con la cooperación para el desarrollo. Y tratándose de 2.600 millones de euros, el "alcance" es mayúsculo.