Sr. Director:

Cuando nuestro presidente habla de política de familia es difícil de sacarle de dos aspectos: dar euros (poquísimos, en relación con el resto de Europa) y que cada uno haga con su matrimonio lo que quiera. De las familias de donde salen los futuros ciudadanos, se acuerda más bien poco. "Toma el dinero y corre" puede ser el resumen de la política de familia de ZP. Lo demás es injerencia.

Fomentar la natalidad le daría vergüenza, sólo pensar que le comparen con el mismísimo Franco. Facilitar la mediación familiar para, en lo posible, mantener familias estables frente al divorcio, le llenaría de sonrojo: parecería un juicio de valor sobre los que se quieren divorciar. Lo mismo ocurre con facilitar los niños sepan quién es su padre o ayudar a embarazadas con problemas para no acabar en el aborto, camino sin vuelta atrás. Son medidas que, por sus complejos, huelen a derecha rancia. Sus asesores nunca le permitirían decir algo así en un debate.

Gustavo Bueno llamó a este tipo de razonamiento "Pensamiento Alicia" Lo mismo podemos celebrar "Bodas y Bautizos" que "Divorcios y Apostasías", "Cumpleaños que No Cumpleaños". Da igual abortar que parir. Lo hermoso es hacerlo libremente. El bueno de D. Gustavo quizá pensó que sutarjeta de presentación de agnóstico y filósofo materialista le salvaría de la quema. Pobre incauto.

Para ser alguien, todavía en bastante medios, además de ser de izquierdas hay que ser "progre". Virgil, personaje interpretado por Woody Allen en su película "Toma el dinero y corre", replica cuando su chica le anunciaba que esperaba un niño y que era su regalo de Navidad: «Yo hubiera preferido una corbata». Para Zapatero es tan digno una corbata que un hijo. Lo único importante es la libertad. "La libertad os hará verdaderos", dijo el presidente Zapatero en julio de 2005 ante una asamblea de juventudes del PSOE. Esta inversión de las palabras de Cristo, "La verdad os hará libres". Marca su política sobre la familia. Si el socialismo español no cambia de enfoque, veremos en pocos años las consecuencias de este proyecto de ingeniería social.

Santiago Chiva

santichiva@yahoo.es