El Canal de Panamá ha sido revertido al país tras los acuerdos de Torrijos. Pero durante un siglo, el Canal y una amplia zona eran territorio norteamericano. Jurisdicción, escuela, leyes, tribunales estadounidenses. Era la zona. Una calle separaba Panamá de Estados Unidos. Los "gringos" la llamaban 4 de julio; los panameños la han bautizado con el nombre de dos estudiantes que murieron el 9 de enero de 1964 mientras trataban de izar una bandera panameña en "la zona", el otro lado de la calle.
Desde entonces, el 9 de enero es feriado. Se supone que la reversión del canal debería de haber cubierto las heridas, pero el gobierno panameño sigue fomentando el antiamericanismo que tan buenos réditos políticos ofrece en toda Hispanoamérica. Y eso a pesar de que la retirada norteamericana fue impecable y que el Estado panameño se encontró de regalo con una civilización dentro del Estado de manera absolutamente gratuita: infraestructuras, viviendas, escuelas, hospitales y edificios administrativos.