Acabo de leer en un periódico digital que el bebé que se encontraba ingresado en el Hospital Materno Infantil de Málaga, junto a su hermano mellizo, que presentaba lesiones cerebrales por supuestos malos tratos causados por sus padres, acaba de fallecer. El otro hermano, dicen, que sigue estable.
Desconcertada me quedo ante esta noticia. Aunque hoy por hoy, estamos viendo y escuchando lo que nunca jamás ha ocurrido. ¿Cómo el ser humano puede ser capaz de tan semejante crueldad? Este padre y esta madre a mí no me cabe otra cosa en la cabeza que no están bien, o están bajo los efectos del alcohol, de la droga o qué sé yo ¿Que hacen los poderes públicos para evitar y poner fin a este drama, que no es el primero?
Me ha venido a la memoria cuando el domingo pasado asistía a misa, al llegar a la Iglesia me encontré que estaba llena de niños junto a sus padres, de momento no caí en la cuenta de que estábamos en el comienzo del curso escolar y al preguntar el motivo de esa presencia -que por cierto, era una alegría ver a tantísimo niño participar de la fiesta dominical-. Fue una misa muy emotiva, su párroco se dirigía en todo momento a los niños y les hacía preguntas. Cuando llegó el momento de las peticiones subieron algunos de ellos a hacer una petición. Una niña dijo Señor te pido por la paz del mundo, en ese momento se puso de pie otro niño y sin ningún rubor y con voz fuerte dice: Señor, yo te pido para que halla paz en mi familia. Todos nos quedamos atónitos. Pude comprobar que este niño no iba acompañado de sus padres.
En los tiempos que corren para conseguir un puesto de trabajo por muy insignificante que sea, tienes que hacer un curso de preparación para acceder al mismo. Cosa muy normal y lógica, porque las cosas hay que hacerlas todas bien poniendo todo el amor y esfuerzo humano. Sin embargo para la tarea más importante que tiene el ser humano que es la de ser padres, ¿nos preparamos, asistimos a medios de formación de padres -que los hay-, leemos algunos libros? Desgraciadamente no todos lo hacen.
La violencia es una consecuencia de la pérdida del valor del hombre como persona. Y muchas actitudes violentas lo son del nihilismo al que por este camino se llega. Decía Pitágoras: Educar a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Y, eso es lo que hemos dejado de hacer.
Rita Villena
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