Las próximas elecciones legislativas en Venezuela se han convertido en un enfrentamiento entre dos: todos los partidos por un lado y el poder bolivariano por otro. Pero, además, Chávez pretende arrasar para poder cambiar, no ya de política, sino de régimen. Los pasos clave para ejecutar la revolución pendiente son dos: decretar la permanencia ilimitada en el poder del propio caudillo y la supresión de la propiedad privada, y su sustitución por una propiedad público-privada, que nadie sabe lo que es pero todos lo temen.
Venezuela se parece cada vez más a Cuba, sólo que con petróleo.