En una entrevista publicada por L'Osservatore Romano, hablando sobre los documentos substraídos del Vaticano, el arzobispo Becciu señala que ha visto al Santo Padre "dolido, porque, por lo que ha podido verse hasta ahora, alguien cercano a él parece ser el responsable de comportamientos injustificables desde cualquier punto de vista.
Cierto, en el Papa prevalece la piedad por la persona implicada. Pero queda el hecho de que ha sufrido una acción brutal: Benedicto XVI ha visto publicadas cartas robadas de su casa, cartas que no son simple correspondencia privada, sino informaciones, reflexiones, manifestaciones de conciencia, incluso desahogos que ha recibido únicamente en razón de su ministerio".
"También por eso el Pontífice está particularmente dolido por la violencia que han sufrido los autores de las cartas o los escritos dirigidos a él", añade el sustituto de la Secretaría de Estado, que luego pone de relieve que la publicación de estos documentos es un acto inmoral de inaudita gravedad.
Sobre todo porque no se trata únicamente de una violación, ya en sí misma gravísima, de la reserva a la que cualquiera tiene derecho, sino también de un vil ultraje a la relación de confianza entre Benedicto XVI y quien se dirige a él, también para expresar en conciencia una protesta. No se han robado simplemente algunas cartas al Papa, se ha violado la conciencia de quien se ha dirigido a él como al Vicario de Cristo, y se ha atentado al ministerio del Sucesor del Apóstol Pedro.
Valentín Abelenda Carrillo