Las pruebas de resistencia han servido de poco. La primera reacción de la bolsa nada más abrir era caer. Plano a lo largo de la mañana aunque con altibajos, los números rojos del Íbex superaban a media sesión el 1%. Llegó a bajar un 1,20% hasta tocar los 9.368 puntos, su mínimo anual.
El Gobierno español había sometido al 95% de la banca al examen con la idea de que el mundo mundial reconociera la solvencia de España. Mientras, Alemania hizo pasar la prueba al 60% de sus bancos. Algunos de ellos se retiraron antes del viernes. Mientras, los bancos españoles se empeñaban en recordar que sus resultados habrían sido mejores en caso de haberse incluido las provisiones. Pero el Gobierno no luchó por esa condición.
Mariano Tomás
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