La Comisión Europea ha impuesto una norma según la cual, en 2020, el 40% de los vocales de empresa cotizadas deben ser mujeres.

La muy feminista vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding (en la imagen), se ha mostrado muy orgullosa de la norma. Ojo, hablamos de consejeros no ejecutivos, es decir, los presumiblemente tontos, o más tontos que los ejecutivos. Y hablamos de empresas cotizadas. Dado como están los mercados, muchas grandes empresas prefieren no cotizar en los mercados. No me extraña nada.

¿Hay machismo en las empresas? Sí, especialmente en los cargos directivos. Cuando una joven profesional accede a un cargo directivo sus jefes la elevan hasta que se casa, momento a partir del cual corre el peligro de tener un hijo. Algunas energúmenas incluso varios hijos, pongamos dos o tres. Y claro, eso no puede ser.

Hay algo en lo que coinciden feminismo y machismo: en su odio hacia la maternidad. Para el machista presidente de una corporación, la maternidad impide explotar a la mujer, especialmente a la mujer cualificada. Para la feminista, la maternidad de la opción de las idiotas.

Cuando quiera usted comprobar si una empresa es machista no compruebe el número de directivas sino el número de madres directivas.

Además, todo esto es una estupidez: los cazatalentos saben que el directivo más responsable es la madre, mucho más que la mujer no madre o que el varón. Y es que la maternidad multiplica la responsabilidad en el trabajo. Por razones obvias.

Por lo demás, si lo que se pretende es favorecer el ascenso de la mujer en la empresa lo mejor no es lo de Bruselas, que rompe la meritocracia y acaba en el sexismo de cuotas. Lo mejor son dos cosas: instaurar el salario maternal, para que la mujer no se vea obligada a elegir entre ser madre o tener carrera profesional y romper con la juvenalitis, con la manía estúpida de que no contratar a una mujer por el hecho de que se haya dedicado durante un tiempo a criar a sus hijos. Ejemplo: el rejuvenecimiento de las redacciones periodísticas -cobran menos y trabajan más- ha ido en detrimento del periodismo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

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