El domingo pasado leí en ABC una entrevista a tres páginas que le hicieron a Monserrat Caballé, la gran y eximia cantante de ópera nacida en Barcelona. Se expresa dolorida, de los políticos de turno.
En una frase dice que quiso crear un día un gran centro en Barcelona con grandes artistas españoles, números uno en el mundo en su especialidad, como: Andrés Segovia (guitarra), Joaquín Achúcarro (piano), Nicolás Zabaleta (arpa), Teresa Berganza (soprano), Alicia de la Rocha (piano). El que al final tenía que dar la aprobación, desistió porque, dice Caballé, había demasiados artistas extranjeros
Esto lo dice un canallita, nacionalista, en Barcelona referido a artistas españoles. Los españoles en Barcelona, eran extranjeros.
Más adelante dice que le dijeron en una cena: El único pecado es que Monserrat se ha casado con un extranjero Su marido es aragonés. Es decir, no es de los nuestros. Este canallita que así se expresa, se puede inducir que es un tal Ángel Colom, que ha estando chupando de los dineros públicos, sin curriculum alguno, excepto ser nacionalista y separatista converso, desde hace muchos años.
Monserrat intentó marcharse de la cena, a no ser que la esposa de Jordi Pujol, la Ferrusola, se lo casi impidió. Pero ni Pujol, que estaría allí, ni la Ferrusola, desautorizaron al mequetrefe. De todos es conocido las dificultades que ha tenido la Caballé con los círculos artísticos del Liceo y otros, porque siempre se manifestó españolista, como catalana, y hablando en español. No ha sucedido así con Carreras que ha vendido su alma al nacionalismo más venal.
Una verdadera pena, que los intelectuales de toda clase en Cataluña, desde siempre, han de ser de los nuestros, para no tener entrebancos en su vida profesional. Porque el poder político aquí en Cataluña, lo ha comprado todo. Comenzando por la prensa. Pero durante el reinado de Pujol, el ambiente nacionalista era irrespirable, para ellos.
Estoy muy nervioso desde que leí esto, cuando Monserrat Caballé ha actuado con éxitos sin fin, por todos los teatros de ópera del mundo. Como Plácido Domingo, y otros muchos; cuyos carteles los hemos visto colgados en las fachadas de los mejores teatros del mundo. Esto es un pueblo grande y muchos políticos son unos pueblerinos
Pedro Manuel Peña Pérez