El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Josep Montilla, lo tiene claro : El Estado del bienestar se sostiene con impuestos. Una perogrullada cuya mera pronunciación apela al subconsciente: el que espere rebajas fiscales, que se vaya olvidando. Eso sí, responde a la gallega: No los pienso subir, pero tampoco a bajar. ¿Subimos o bajamos? Depende, responde Montilla.
Lo que sí que queda claro es que Montilla no es partidario de suprimir el impuesto de sucesiones. Eso sí, se muestra partidario de elevar los mínimos exentos para que no se produzcan esas situaciones en las que es necesario vender el bien heredado para poder hacer frente al impuesto. Algo es algo. ¿Cuánto piensa elevar el mínimo? Lo iremos concretando poco a poco, responde. Pero, ¿no habíamos quedado en que son los de CiU los que resultan poco transparentes en su programa?
Montilla está repleto de contradicciones. También considera que CiU resulta incoherente por proponer rebajas fiscales al tiempo que propone elevar el gasto social. ¿Cómo lo van a hacer?, porque a mi no me suma. Sin embargo, considera que se pueden hacer más cosas sin subir impuestos. Con los recursos existentes y el crecimiento económico es suficiente; como alcalde, así lo practiqué. ¿En qué quedamos? Bueno, vale, se trata de un político. Tampoco es necesario exigir coherencia. ¿O sí?