El nombre de Catalunya no está quemado, pero desaparecerá.
El PSC charnego no perdona al PSC exquisito: el presidente de la Generalitat, José Montilla, no acepta que Narcís Serra, actual presidente de Catalunya presida la entidad resultante de la fusión Catalunya-Manresa-Tarragona. Lo de los dos años de permanencia -aseguran en la Generalitat- os lo habéis inventado los periodistas. En otras palabras, los planes de Montilla consisten en que Narcís Serra lidere el proceso de fusión y una vez sea una sola caja, allá por abril-mayo de 2010, se jubile. No creemos que don Narcís piense lo mismo.
En lo que todo el mundo está de acuerdo es en que debe ser Adolf Todó el primer efectivo de la caja fusionada.
Caja que todavía no tiene nombre, aclarémonos: Todó ya había comenzado, por su cuenta y riesgo, un proceso de cambio de imagen: la cruz de San Jordi, el color corporativo -rojo- etc., todo estaba siendo sometido a revisión con una excepción: precisamente, el nombre de Caixa Catalunya.
Por tanto, el equipo Serra quería mantener el nombre, al que no consideraba quemado, ni mucho menos. Lo que ocurre es que si la sede está en Barcelona, en el inmueble el presidente -hasta que culmine la integración- y el consejero delegado son de Caixa Catalunya, mantener también el nombre sería visto en Tarragona y Manresa como una simple absorción.