Seguimos en Santander. Entro en la península de La Magdalena, sede de la UIMP a las puertas, un grupo de pancarteros esperan al presidente de la Comisión nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura. En uno de los carteles leo: "Me forro con tus ahorros".
El asunto central es el de las preferentes, claro está. A ver si nos entendemos: el Gobierno, es decir, el Estado, es decir, usted y yo, sólo debe responder del dinero de los depositantes de un banco en crisis. El dinero de los inversores, que buscan rentabilidad, no sólo un asunto de medio de pago que cada palo aguante su vela. Y los preferentes son una inversión. Es más, quienes invierten en preferentes es porque, una vez satisfechas sus necesidades básicas, aún les sobra dinero para invertir. Es lo mismo que sucede con la bolsa: si la bolsa baja las empresas pueden entrar en dificultades. Eso es cierto, Ahora bien, no me preocupa nada que los inversores en bolsa, inversores financieros, pierdan patrimonio, porque si tienen para invertir en bolsa es que no pasan apuros a fin de mes.
Por tanto, si los directores de sucursal engañaron a sus clientes y no les explicaron en qué invertían, pues mire usted, que sean perseguidos. Ahora bien, el Estado no debe responder de las pérdidas de los inversores en preferentes. Porque, en contra de lo que aseguraban las pancartas de La Magdalena, el banco no se ha forrado con los ahorros ajenos sino con las inversiones ajenas. Los suscriptores de Preferentes no son ahorradores, son inversores.