Sr. Director:
De los tiempos en que intervenía en la política local, me queda un desagradable recuerdo: Nada o casi nada de lo que aparecía en los medios de comunicación, sobre las reuniones en las altas esferas, coincidían con lo que realmente se había tratado.
Unas veces por intereses partidistas de los medios, otras por necesidades de espacio en los medios y, las más, por no habernos explicado bien ante los periodistas o porque estos no eran especialistas en política. El hecho es que la información que llegaba al pueblo dejaba y sigue dejando, con las excepciones de rigor, mucho que desear.Sin embargo, los hechos y actividades fundamentales de los políticos quedan de manifiesto con el tiempo, pero si pasa demasiado tiempo las verdades quedan inservibles. Si esto sucede en una población de 54.000 habitantes imaginémonos lo que sucederá a nivel nacional o en lo referente a organizaciones de ámbito universal y de conocidas organizaciones secretas.
A pesar de todo, con Internet y la mayor educación de los ciudadanos se nota una preocupación creciente por conocer los entresijos y las causas que determinan los actos nuestros gobernantes. La masonería es una de esas Organizaciones secretas que más curiosidad despiertan. Libros, artículos y páginas de Internet aparecen de forma creciente. Un amigo: J. Antonio Ballesteros me pasa una información, que por su interés y concordancia con la que disponemos conviene divulgar. Dada su extensión me limito a recortar un poco y hacer algunos comentarios: Carmelo López-Aria comenta que "La literatura a favor de la Masonería pregona sus humanitarios principios, la literatura en contra, la historia de sus conspiraciones, y ambas intentan explicar sus rituales".
Pero faltaba algo por contar. Y esto lo hace el 11 de noviembre de 2007, José Antonio Ullate en el libro ‘El secreto masónico desvelado'. Libros Libres. Madrid, 2007. Nos cuenta la esencia de la doctrina masónica, aquello para lo cual existe, lo que le da vida y sentido, y el fin al cual sirven sus miembros, a veces sin saberlo…
Cuando los masones hablan de sí mismos agotan los grandes conceptos: Humanidad, Solidaridad, Libertad, Paz, Igualdad…, que son de origen cristiano pero que utilizan como pieles de corderos. Faltaba, sin embargo, una obra que con rigor estudiase cuál es el sustrato doctrinal preciso de la masonería, cómo se ha formado y evolucionado en el tiempo, y si está presente en nuestros días, incluso al margen de tenidas y mandiles.
Para ello Ullate deja hablar a los masones a partir de su bibliografía pública -haciendo uso también de otras obras fiables- para intentar esclarecer los grandes interrogantes sobre sus ideas. ¿Creen en Dios? ¿Quién o qué es el G.A.D.U. (Gran Arquitecto del Universo) que preside sus reuniones? ¿Es la masonería una religión? ¿Existe una ética común a todos los miembros? ¿Cómo se manifiestan esos principios a través de la historia moderna, y en sus ritos más misteriosos? Qué es entonces la masonería?
La tesis principal del autor es que, más allá de sus distintas obediencias, en la masonería hay unos principios comunes. Explica la coartada que permite a la masonería presentarse como compatible con todas las religiones, cuando lo cierto es que esa compatibilidad consiste en la adaptación de cualquier religión a la perspectiva masónica. Su raíz filosófica -concluye Ullate- es el naturalismo, ya sea deísta o panteísta, que en la práctica vienen a ser indiscernibles.
Los textos pontificios que condenaron la masonería, desde el primero en 1738 hasta nuestros días, ya señalaban dicho carácter. Tras esa primera parte más teórica, en ‘El secreto masónico desvelado' aclara sus orígenes, que materialmente son las hermandades británicas medievales de albañiles, pero que formalmente pueden fijarse en el momento en el que dichas hermandades abrazan el indiferentismo religioso. Hay una prehistoria en la que figuran desde Pico de la Mirándola a los rosacruces, y una influencia determinante, la de la tradición esotérica del judaísmo, o Cábala, bien presente en sus rituales.
Todo ello está presente en las condenas de la Iglesia, y Ullate analiza cómo y por qué se formularon, sobre todo en el siglo XIX, momento álgido del enfrentamiento entre catolicismo masonería. Y estudia algún caso histórico célebre, como el del cardenal Mariano Rampolla del Tindaro, secretario de Estado de León XIII, que estuvo a punto de ser Papa y de quien se ha dicho hasta la saciedad que era masón, pero... ¿con qué fundamento?
Por último, el autor nos lleva a analizar la presencia de algunos principios masónicos en la que denomina "la ideología del mundo de hoy" (al final, concluye, la elección es la de siempre: o naturalismo o vida sobrenatural) y encabeza una serie de apéndices con el estudio sobre Mozart, la masonería y la reivindicación de su música como cristiana, en una contradicción que el autor resuelve… Todo está supeditado a entender bien de qué tipo de organización hablamos, en qué cree y a qué principios sirve de verdad.
Es necesario saber quién es masón y quién no, conocer el sentido de las palabras y gestos de sus ritos y su arquitectura; especialmente si tenemos en cuenta que los masones obedecen antes a su logia que a los intereses de sus países. Puesto que la masonería es legal en España y estamos en democracia (?) el secretismo no tiene sentido, a no ser que sus actividades influyan negativamente en el pueblo. Lo malo, lo que daña a otros se suele mantener en secreto. ¡Por algo será! De lo bueno nos enorgullecemos, se publica en los medios y recibimos medallas y parabienes que nos honra. ¿Por qué los gobernantes, banqueros y personas de prestigio masones ocultan sus nombres? ¿Qué temen?
Mientras tanto, corren a fotografiarse cuando los medios publican algunas de sus buenas obras. Además en democracia los asuntos que nos conciernen han de ser públicos, para saber si realmente nos gobierna Zapatero o Giscard d'Estaing. De la masonería se sigue hablando y escribiendo mucho y diciendo muy poco.
Y hay que seguir haciéndolo, porque la masonería ha influido extraordinariamente en la política; para bien en Francia e Inglaterra -donde se presume de ser masón- y para mal en España, Rusia, Italia e Ibero América. Necesitamos saber algo más. Nos jugamos demasiado.
Alejo Fernández
alejo_fp@terra.es