Valeriano Gómez asegura que España es el país que más recurre a la reducción de plantilla para salir de la crisis

 

El Gobierno ha completado por fin los quince minutos de negociación que les faltaron a sindicatos y patronal para alcanzar un acuerdo. El resultado, una reformita que no ha gustado nada a los empresarios y contra la que los sindicatos han protestado para cubrir el expediente.

Este viernes Valeriano Gómez defendía que el texto contempla la flexibilidad, pero le ponía el apellido, interna. Es decir, que las empresas recurran a la movilidad geográfica y funcional, que varíen sus turnos, adapten sus horarios, bajen los salarios de acuerdo con los trabajadores... pero que no despidan. El ministro del Interior entiende que ya es suficientemente sencillo despedir en España y desea que no se recurra a las reducciones de plantilla para superar la crisis. El problema es que los empresarios, por boca del presidente de la CEOE, Juan Rosell, manifiestan su temor a contratar.
En cuanto a la negociación de los convenios colectivos, la reforma da un período de entre ocho y doce meses para alcanzar un acuerdo. De no ser así, se recurrirá al arbitraje de un tercero. Durante el periodo de negociación seguirán vigentes las cláusulas no salariales, es decir, no se tocan las posibles subidas de sueldo.

Otra novedad es que el convenio de empresa tiene prioridad sobre los convenios provinciales, por lo que se permitirá el descuelgue en caso de necesidad.

En cuanto a la productividad, Valeriano Gómez considera que sigue siendo una asignatura pendiente, pero considera que no corresponde al Gobierno regular las condiciones. El titular de Trabajo echa balones fuera y deja en manos de la negociación entre sindicatos y patronal la vinculación de los salarios a la productividad. Sin embargo, el ministro obvia que el Gobierno puede marcar la pauta con el salario mínimo.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com