Sr. Director:
Cuando se empezó a rumorear la posibilidad de suprimir los crucifijos en las escuelas, por imposición del Gobierno, empezaron a surgir otras alternativas que permitieran contrarrestar esta triste y supuesta decisión de querer eliminar estos símbolos, quizás con la pretensión de borrar el significado religioso que supone la cruz ¡absurda pretensión!

 

Una de esas alternativas la ofreció un canal de televisión donde se comentó la resolución de un prestigioso catedrático -me duele no recordar su nombre- que estaba dispuesto a retirar el crucifijo y en su lugar colocar una copia del cuadro de Velázquez que representa la magnífica pintura de Cristo en la cruz. ¡Sabia alternativa!

Al respecto, recuerdo haber leído de la existencia de un viejo palacio del duque de Abrantes en Ávila y su dueño gozaba de un portillo hecho en la muralla, por donde podía salir directamente de la ciudad. Pero el municipio le obligó a cerrarlo. Lo cerró, pero abrió otra salida en distinto lugar del castillo y colocó en la ventana de la fachada principal una inscripción: donde una puerta se cierra, otra se abre.

El historiador Martin Kugler ofrece algunas razones que muestran el pensamiento equivocado del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos que ha decidido eliminar los crucifijos de las aulas de las escuelas italianas.

Afirma el citado historiador, entre otras muchas razones, que sacar a la fuerza el símbolo de la cruz es una violación, como lo sería obligar a los ateos a colgar ese símbolo.

Pepita Taboada Jaén