Partamos del hecho de que es injusto. BBVA y Endesa son dos empresas privatizadas (el BBVA por la vía Argentaria) y por tanto el Gobierno socialista no tiene ningún derecho a intentar desbancar a los presidentes colocados por el Partido Popular. El PP tuvo la oportunidad de colocar presidentes próximos en las empresas privatizadas por la sencilla razón de que privatizó el último 25%. Eso sí, los socialistas consideran que fueron nombrados por un Gobierno y que, por tanto, podría ser revocado por otro Gobierno. Los fondos de inversión y de pensiones tienen otra opinión bien distinta.

 

Ahora bien, el Gobierno Zapatero apunta directamente hacia el póquer de ases: César Alierta, Alfonso Cortina, Manuel Pizarro y Francisco González. La colocación de consejeros amigos, la presión a través de accionistas de referencia, especialmente cajas de ahorros, la tarificación de servicios, las fusiones o algún escándalo son los medios siempre contemplados para intentar derribar a los mencionados y colocar a otros más afines al PSOE. Desde luego, en empresas públicas o semipúblicas, como Renfe, AENA, REE, etc., ya se han apresurado a forzar los cambios.

 

Contra el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, y en el momento presente, se está utilizando todo tipo de presiones. Pizarro fue el hombre que aconsejó a Rodrigo Rato el nombramiento de Francisco González como presidente de Argentaria. Luego se incorporó a la presidencia de Endesa, aunque en su caso no fue un nombramiento a dedo, sino consecuencia de la retirada de Rodolfo Martín Villa con una Endesa totalmente privatizada. Hace una semana, Pizarro y FG cenaban juntos en un céntrico, y modesto, restaurante madrileño, de nombre Henry Dunant.

 

Probablemente, Pizarro le contaría cómo el director general de Energía de la Generalitat catalana, Josep Isern, ordena una auditoría para evaluar las inversiones de Endesa en la región…. Al mismo tiempo que asegura, antes de conocer los resultados, que la situación del suministro eléctrico en Cataluña es "preocupante".

 

Por su parte, FG, presidente del BBVA, está convencido de que el PSOE está forzando una fusión (que sería absorción) entre el SCH de Emilio Botín y el BBVA. Es más, un diputado peneuvista se mostraba encantado con la solución: Botín presidente (pendiente de sus juicios, dicho sea de paso) y José Ignacio Goirigolzarri, un nacionalista moderado, pero nacionalista a la postre, miembro de una familia ligada al Partido Nacionalista Vasco, de consejero delegado. El PSOE contento, y el PNV también, pues de alguna forma habría recuperado su banco vasco.

 

La opción es difícil, desde el punto de vista del derecho a la competencia, pero FG la teme.