- Y la amenaza implícita: mira lo que le ha ocurrido a Pujol, podría sucederte a ti.
- El argumento del Gobierno es sencillo. ¿Para qué hacer concesiones si no servirán para que los soberanistas renuncien a su referéndum
- El nuevo curso se inicia bajo el triunfo definitivo de los centralistas del Ejecutivo, capitaneados por Soraya.
- Mientras, Mas vive el vértigo de la inmolación. Lo que ocurre es que ahora su inmolación puede acabar en un juzgado por fraude… cierto o falso.
- Y mientras, la economía catalana amenaza ruina. El president está obligado a poner en marcha nuevos recortes.
- El balance del proceso secesionista es verdaderamente lamentable, pero Rajoy saldrá favorecido de él, Más no.
- Se demuestra que los separatismos basados en nacionalismos pueden ser tan peligrosos como su proceso inverso: la globalización.
Es todo un ultimátum de Mariano Rajoy a Artur Mas: o renuncia a la referéndum del 9 de noviembre o no habrá concesiones económicas. Es el triunfo definitivo de los centralistas del Ejecutivo, capitaneados por Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, frente a los proclives al pacto con Cataluña, como el ministro de Exteriores, García Margallo.
La gente de Margallo lo explica así: aunque se le concediera todas sus peticiones económicas, aunque se revisara la financiación autonómica, Artur Mas (en la imagen junto a su mujer) no renunciaría a intentar la secesión de Cataluña. Entonces, mejor no concederle nada.
Lo que no dicen es que lo que se persigue desde Moncloa es que tras el 'caso Pujol' venga el 'caso Mas'. Y no hablamos de herencias en el extranjero sino de la financiación y sobornos en la Generalitat y en CiU. Ya no hay posibilidad de pacto.
Y el asunto se vuelve especialmente crítico a medida que se acerca la Diada y a medida que la economía catalana hace aguas. No olvidemos que España no ha salido de la crisis, aunque se está superando el agobio financiero. Pero ojo, mejora la economía financiera, no la economía real. Son inseparables, pero distintas. Eso implica que va a exigir nuevos recortes, especialmente en prestaciones públicas y en apretones de cinturón por parte de las comunidades autónomas.
Nunca las relaciones entre Moncloa y la Generalitat habían sido tan distantes. El 'caso Pujol', con base real, ciertamente, supone el punto de no retorno.
El balance del proceso secesionista es verdaderamente lamentable, pero Rajoy saldrá favorecido con él, Mas no. Y el enfrentamiento continuará abierto. Crecerá el narcicismo de CiU y de ERC y no habrá posibilidad de acuerdo económico.
Con todo ello, se demuestra que los separatismos basados en nacionalismos pueden ser tan peligrosos como su proceso inverso: la globalización alienante de lo pequeño. Ahora Rajoy se siente respaldada por la mayoría de los españoles porque ese narcisismo nacionalista catalán ha creado una catalanofobia creciente en el resto de España. En Moncloa ya no se quiere ceder porque han llegado a la convicción de que la cesión no sirve de anda. Mas nunca quedará por satisfecho. Ahora se trata de destruir a Mas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com