Sr. Director:

No me gusta la nueva política de concesión de los premios Príncipe de Asturias. Antes se concedían a personalidades que, a pesar de haber realizado grandes servicios a la humanidad, seguían en el anonimato.

Hoy, con los últimos premios concedidos, parece que más que agradecer el servicio de los premiados, se intenta servirse de ellos para obtener relevancia mediática. ¿Por qué premiar a un Fernando Alonso que todavía está en el inicio de su carrera? ¿O una ya más que reconocida Fundación Melinda y Bill Gates o a National Geographic?

El caso más reciente, Pedro Almodóvar, sigue la misma dinámica que la de Alonso. Justo antes de poder ganar un gran premio (Cannes), concederle el Príncipe de Asturias. Así todos los medios de comunicación pondrán de coletilla que ha ganado recientemente el premio español. Me gustaba más cuando se premiaba para reconocer los méritos y no por el impacto mediático del galardonado. Quizás me equivoque, pero mucho me temo que se está promocionando a los famosos en pro de aumentar la relevancia internacional de los premios. ¿Para esto se crearon estos Premios?

Joaquim Bosch Barrera

kim@girona.com