Publica una nueva declaración constitucional que incluye medidas dictatorialesAl presidente Egipcio, Mohamed Mursi -miembro de los Hermanos Musulmanes-, se le va 'viendo el plumero', poco a poco. Primero, ha salido reforzado a nivel internacional como uno de los artífices del acuerdo que ha permitido desactivar la crisis entre Israel y los grupos islamistas de Gaza. Y el primero que se ha apresurado a reconocérselo ha sido el presidente de EEUU, Barack Obama, quien le llamó para felicitarle por "sus esfuerzos para alcanzar un alto el fuego duradero" en Gaza. Con lo cual, ha quedado como gran un líder internacional.
Y ello, poco después de que el presidente egipcio publicase una nueva declaración constitucional que ha desatado una oleada de protestas entre la oposición política. Porque el nuevo texto, en la práctica, supone "crear una nueva dictadura", en palabras de Mosaab Shahrur, miembro del Movimiento Joven 6 de Abril.
¿Qué dice el nuevo texto que quiere aprobar Mursi?
Por ejemplo, que "el presidente está autorizado para tomar cualquier medida que considere adecuada para preservar y salvaguardar la revolución, la unidad y la seguridad nacional". Vamos, que con ese pretexto podrá hacer lo que le dé la gana.
En ese sentido, preocupa la libertad de prensa, donde no hay buenos precedentes: varios periodistas han sido llamados por su trabajo bajo acusaciones de difamación y se han confiscado varias licencias a diversos medios críticos con Hermanos Musulmanes.
Para más inri, el sistema judicial no podrá vetar, anular ni enmendar ninguna ley, declaración o decreto emitido por Mursi desde que llegó al poder hasta que se ratifique una nueva Carta Magna y se haya elegido un nuevo Parlamento, protegiendo así sus decisiones de cualquier tipo de revisión. Y también ha ordenado la destitución del fiscal general del país, Abdel Maguid Mahmud, y el nombramiento de Talat Abdulá sin la aprobación del Consejo Judicial Supremo. Los intentos previos de Mursi de destituir a Mahmud habían sido rechazados frontalmente al ser considerados como una ruptura de su independencia, ya que el fiscal general era, hasta hoy, inmune a la intervención del Poder Ejecutivo. Eso, hasta hoy...
Además, en su declaración constitucional, Mursi ha decretado que la Asamblea Constitucional no podrá ser disuelta ni por el sistema judicial ni por el Consejo de la Shura (la Cámara Alta del Parlamento egipcio), y que el organismo -dominado por Hermanos Musulmanes- contará con otros dos meses de plazo para redactar la Carta Magna del país, extendiendo el plazo de los seis a los ocho meses.
También ordena Mursi repetir los juicios a los altos cargos del régimen responsables de la represión contra los manifestantes de la revuelta que acabó con la dimisión del anterior presidente, Hosni Mubarak, en febrero de 2011. El decreto implica, entre otras cuestiones, que Mubarak también volverá a ser juzgado, tras haber sido condenado a cadena perpetua el pasado mes de junio por no haber impedido las muertes de manifestantes a manos de policías en las manifestaciones que precedieron a su renuncia.
Asimismo, el mandatario ha ordenado que se entreguen pensiones adicionales a todas aquellas personas que resultaron heridas durante la revolución o en el marco de los enfrentamientos subsiguientes y que sufran, a consecuencia de los mismos, parálisis total, ceguera u otras heridas que les impidan trabajar. O sea, a los héroes de la primavera árabe que contribuyeron a derrocar a Mubarak y a crear una nueva tiranía.
Pero si es que se veía venir. Los Hermanos Musulmanes no conocen lo que es la democracia ni la libertad. Y los egipcios van a pasar de una tiranía a otra.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Y ello, poco después de que el presidente egipcio publicase una nueva declaración constitucional que ha desatado una oleada de protestas entre la oposición política. Porque el nuevo texto, en la práctica, supone "crear una nueva dictadura", en palabras de Mosaab Shahrur, miembro del Movimiento Joven 6 de Abril.
¿Qué dice el nuevo texto que quiere aprobar Mursi?
Por ejemplo, que "el presidente está autorizado para tomar cualquier medida que considere adecuada para preservar y salvaguardar la revolución, la unidad y la seguridad nacional". Vamos, que con ese pretexto podrá hacer lo que le dé la gana.
En ese sentido, preocupa la libertad de prensa, donde no hay buenos precedentes: varios periodistas han sido llamados por su trabajo bajo acusaciones de difamación y se han confiscado varias licencias a diversos medios críticos con Hermanos Musulmanes.
Para más inri, el sistema judicial no podrá vetar, anular ni enmendar ninguna ley, declaración o decreto emitido por Mursi desde que llegó al poder hasta que se ratifique una nueva Carta Magna y se haya elegido un nuevo Parlamento, protegiendo así sus decisiones de cualquier tipo de revisión. Y también ha ordenado la destitución del fiscal general del país, Abdel Maguid Mahmud, y el nombramiento de Talat Abdulá sin la aprobación del Consejo Judicial Supremo. Los intentos previos de Mursi de destituir a Mahmud habían sido rechazados frontalmente al ser considerados como una ruptura de su independencia, ya que el fiscal general era, hasta hoy, inmune a la intervención del Poder Ejecutivo. Eso, hasta hoy...
Además, en su declaración constitucional, Mursi ha decretado que la Asamblea Constitucional no podrá ser disuelta ni por el sistema judicial ni por el Consejo de la Shura (la Cámara Alta del Parlamento egipcio), y que el organismo -dominado por Hermanos Musulmanes- contará con otros dos meses de plazo para redactar la Carta Magna del país, extendiendo el plazo de los seis a los ocho meses.
También ordena Mursi repetir los juicios a los altos cargos del régimen responsables de la represión contra los manifestantes de la revuelta que acabó con la dimisión del anterior presidente, Hosni Mubarak, en febrero de 2011. El decreto implica, entre otras cuestiones, que Mubarak también volverá a ser juzgado, tras haber sido condenado a cadena perpetua el pasado mes de junio por no haber impedido las muertes de manifestantes a manos de policías en las manifestaciones que precedieron a su renuncia.
Asimismo, el mandatario ha ordenado que se entreguen pensiones adicionales a todas aquellas personas que resultaron heridas durante la revolución o en el marco de los enfrentamientos subsiguientes y que sufran, a consecuencia de los mismos, parálisis total, ceguera u otras heridas que les impidan trabajar. O sea, a los héroes de la primavera árabe que contribuyeron a derrocar a Mubarak y a crear una nueva tiranía.
Pero si es que se veía venir. Los Hermanos Musulmanes no conocen lo que es la democracia ni la libertad. Y los egipcios van a pasar de una tiranía a otra.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com