Avánzit cerró 2003 con un resultado atribuido a la sociedad dominante de 82,04 millones de euros mejorando su resultado un 97,8%. De esta forma, la compañía abandona las abundantes pérdidas registradas en el ejercicio anterior, que ascendieron a los 407,51 millones de euros. Los administradores estiman que las medidas de reestructuración y viabilidad implantadas y previstas, así como la aprobación de convenios de acreedores de las sociedades del grupo en suspensión de pagos, permitirán la continuidad de la operación del grupo, por lo que han aplicado el principio de empresa en funcionamiento.  

Sin embargo, Javier Parada Pardo, el auditor de Deloitte & Touche que ha revisado las cuentas del grupo entiende que "en las actuales circunstancias, la recuperación de los activos de la sociedad y de su grupo, los costes de reestructuración a incurrir, la razonabilidad de las provisiones para riesgos y gastos registradas, así como la capacidad de la sociedad para hacer frente a sus obligaciones y compromisos, están condicionadas al éxito de las operaciones futuras". Parada hace referencia a la incertidumbre existente en relación al levantamiento del procedimiento de suspensión de pagos, al levantamiento del proceso de exclusión de negociación del mercado de valores y la capacidad para generar los recursos necesarios para continuar con la actividad. 

Al dudar sobre la generación de beneficios futuros, el auditor también muestra su incertidumbre sobre la contabilidad de los créditos fiscales e impuestos anticipados por importe de 131,8 millones de euros. A su juicio, las pérdidas del ejercicio deberían de incrementarse en dicha cuantía. La misma que debería de reducirse el inmovilizado financiero. "El inmovilizado financiero y el resultado financiero de 2002 deberían disminuirse en 23 millones de euros como consecuencia de los créditos fiscales sobrecontabilizados en el ejercicio 2001", concluye el socio de Deloitte. Es decir, que siguiendo el prudente criterio del auditor, la compañía seguiría en números rojos hasta que resuelvan las incertidumbres sobre la viabilidad de las operaciones desarrolladas por la empresa.