• Nueva acusación falsa de blasfemia a un cristiano en Pakistán por parte de un islamista.
  • En Centro África, el grupo yihadista Seleka "ha matado a civiles y violado, saqueando casas y misiones cristianas, pero no las mezquitas", explica el obispo Juan José Aguirre Muñoz.
  • Un cristiano copto de 45 años murió en extrañas circunstancias en una prisión de Bengasi (Libia).
Los ataques a cristianos en el mundo se suceden en medio del silencio internacional. Si los ataques fueran a otros 'colectivos', la prensa mundial pondría el grito en el cielo

Vamos a contarles los últimos casos, acaecidos recientemente. En Pakistán, por ejemplo, ha habido una acusación de blasfemia de un musulmán contra un cristiano en la ciudad de Lahore. Según los acusadores, Bodi profirió insultos contra el profeta Mahoma, algo que fue negado ante la Policía por sus familiares y puesto en duda por portavoces de la comunidad cristiana local. La acusación de blasfemia el pasado viernes fue seguida de serios incidentes en la nororiental Lahore a cargo de miles de exaltados musulmanes que quemaron viviendas de cristianos, informaba Efe. 

Durante el fin de semana, la Policía de Lahore también arrestó "al menos a 120 personas" en relación a la quema de más de un centenar de casas en la colonia cristiana de Joseph Colony, según un portavoz de la Jefatura policial de la ciudad, Hammad Razá. Además, según testimonios de vecinos de la zona recogidos por el diario Express Tribune, comerciantes musulmanes de la zona aprovecharon el incidente para fomentar los disturbios y forzar la marcha de las familias cristianas con la intención de ocupar sus terrenos.

Como se sabe, la legislación antiblasfemia de Pakistán surgió en el período colonial británico, pero las reformas de los años 80 del dictador Mohamed Zia ul Haq (1977-1988) dieron alas a los extremistas para abusar de la ley, y atacar a cristianos y otras minorías con acusaciones falsas.

Por otra parte, en Centro África, Mons. Juan José Aguirre Muñoz, obispo de Bangassou (en la imagen), contaba a la agencia Fides las persecuciones a las que están siendo sometidos los cristianos en ese país a causa de los yihadistas de un grupo rebelde llamado Seleka. "El objetivo de los rebeldes es derrocar al gobierno actual e imponer un régimen de impronta islámica. Estos son los yihadistas, probablemente pagados por alguien desde el exterior", ha dicho el obispo. "La situación es muy similar a la de Malí, pero Centro África, no parece alarmar al mundo de la misma manera".

Añade el obispo: "El 80-90% del país está en manos de Seleka, o en realidad en 5-6 grupos guerrilleros reunidos bajo este símbolo. Se componen en gran parte de yihadistas que hablan árabe y que después de la conquista de otras zonas del país también están tomando el este, donde han matado a civiles y violado, saqueando casas y misiones cristianas, pero no las mezquitas. En las ciudades conquistadas han destruido los registros municipales (con las partidas de nacimiento) y los tribunales, una acción destinada a destruir la memoria histórica de la población local", dice Mons. Aguirre Muños.

Asimismo, en El Cairo (Egipto) cientos de cristianos coptos han quemado banderas y han lanzado piedras contra la embajada de Libia en el Cairo, en protesta por la muerte de Ezzat Atallah, un cristiano copto de 45 años que murió en extrañas circunstancias en una prisión de Bengasi, según informa AsiaNews y recoge AIN. Las protestas han sido organizadas por el Frente Joven Copto que ha anunciado nuevas manifestaciones en los próximos días.

Atallah fue arrestado el pasado 28 de febrero junto con otros cinco compañeros cristianos acusados de proselitismo. De acuerdo con fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio, el fallecido tenía diabetes y había padecido un problema en el corazón muriendo de causas naturales, pero para la familia del fallecido, las autoridades egipcias quieren ocultar el caso para evitar un conflicto diplomático. Para muchos cristianos, el gobierno de Mohamed Morsi es cómplice de los extremistas libios.

El hermano de la víctima y su mujer han declarado que murió debido a la tortura a la que fue sometido tras su detención por parte de la milicia, antes de ser entregado a la policía y ser trasladado junto con sus compañeros egipcios a la prisión en Bengasi en vista a una investigación oficial.

El caso de Attalah ha centrado la atención sobre la difícil situación de los cristianos en Libia, quienes se han convertido en el objetivo de las milicias salafistas que controlan la región de la Cirenaica.

La semana pasada, los extremistas arrestaron a más de 50 comerciantes coptos acusados de haber expuesto iconos y otros elementos religiosos en sus puestos del mercado. La noticia dio la vuelta al mundo gracias al vídeo colgado en Internet por activistas de Libia, confiscado más tarde por la policía. Cuando fueron puestos en libertad y regresaron a sus casas, estos cristianos coptos afirmaron haber sido golpeados y torturados por los extremistas islámicos. Estos usaron ácido para eliminar los tatuajes tradicionales en forma de cruz que los coptos se hacen tatuar en las manos, el pecho y la frente.

Pero de estas cosas, insistimos, no se habla en gran parte de los medios de comunicación occidentales. O no es políticamente correcto o importa un comino. Pero, como hemos explicado otras veces, el sufrimiento y el dolor causado por la persecución es riego que fertilizará la aparición de muchos más seguidores de Cristo, como pasó con los primeros cristianos. Lo cual no quiere decir que esas persecuciones, abusos y discriminaciones se tengan que producir.

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com