El golfista Justín Rose y la tenista María Sharapova son los prescriptores de sendas marcas de relojes suizos. La modelo Kate Moss prestará su imagen a una empresa de cosmética y perfumería.
Iker Casillas se ha convertido en un personaje del cómic en la nueva campaña publicitaria de una multinacional del calzado deportivo y el actor escocés Gerard Butler presta su imagen a una compañía de perfumería. También Pep Guardiola se ha convertido en el prescriptor de una entidad bancaria.
La actriz estadounidense, Megan Fox, presta su rostro para una campaña publicitaria de una marca de prendas femeninas. El futbolista alemán, Sami Khedira, es la nueva imagen de una marca de botas de fútbol. Hija de padre danés y madre polaca, Scarlett Johansson que nació en Nueva York, es la nueva imagen de una marca de bebidas etílicas.
Por otra parte, la prestigiosa revista norteamericana, AdAge, ha llevado a cabo una investigación con los spots televisados en EE.UU. Se ha descubierto que los anuncios con famosos tienen una eficacia inferior a la media de las campañas publicitarias. Mientras que el 12% de los anuncios con famosos lograron un crecimiento del 10%, uno de cada cinco, tuvo consecuencias negativas para la rentabilidad publicitaria, por un desliz en su vida personal.
Los consumidores de hoy no son los mismos de hace cinco años y, por lo tanto, lo que antes era efectivo, no lo es ahora. En la actualidad, los consumidores, están más influenciados por las redes sociales que por un famoso, con el que no tienen ninguna relación.
Ante esta situación, las empresas deben estudiar cómo evitar las cuantiosas cifras que piden las estrellas famosas para destinarlo a la realización de excelentes creaciones que tengan un mensaje eficaz.
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com