La mentira se conviene en algo lícito en las instituciones políticas y en las empresas españolas. Tanto ACS como Mutua mintieron a Hispanidad sobre la entrada de la aseguradora en el accionariado. Y se sigue mintiendo : Europa Press, ha dicho la verdad: se trata de alcanzar un 10%.
Se queja Jesús Cacho de que a El Confidencial le mintieron en Moncloa, cuando le negaron que el Gobierno español hubiera fletado un Mistere para que el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, acudiera a Madrid. Se trataba de una intromisión de un Gobierno en el Ejecutivo comunitario de tal calibre (en vísperas de que Bruselas cediera el expediente Gas Natural-Endesa a Madrid) que ha puesto en entredicho al propio Durao y a la comisaria de Competencia. La conservadora holandés Neelie Kroes.
Y es que El Confidencial sabía la noticia, y en cumplimiento del deber deontológico de contrastar la información, llamó a Moncloa para conocer la opinión de la otra parte. En Moncloa no se les respondió y se filtró la información a El País, en la confianza de que amortiguaría el impacto de la misma. Y es cierto, que el impacto lo provoca la exclusiva convenientemente tratada por un medio amigo.
Y es que durante la primera etapa democrática, cuando nació el periodismo transparente, se entendía que en las relaciones entre medios informativos y fuentes especialmente instituciones y partidos políticos y empresas- valía todo menos la mentira. Valía dorar la píldora, retrasar una información, cambiar una información por otra, convertir el off the record en mero anonimato todo, menos la mentira. Esa era la frontera.
Pero ahora todo ha cambiado. Se puede mentir alegremente. Lo que le ocurrió al El Confidencial con el viaje fantasma de Barroso le ha ocurrido a Hispanidad con la entrada de la Mutua Madrileña, un alarde de liquidez, en el capital de la primera constructora del país, ACS. En su momento, cuando este confidencial tuvo la información, se puso en contacto tanto con ACS-Dragados vía no oficial- como con Mutua, vía oficialísima, pues la respuesta llegó del mismísimo José María Ramírez Pomatta. Y ambos mintieron como bellacos: Mutua no tenía interés en entrar en el capital de ACS. Naturalmente, Hispanidad hizo caso de las fuentes afectadas -interesadas-, según ordenan todos de los manuales de ética periodística. No podía ser que dos grandes empresas mintieran a una pregunta directa con un respuesta igualmente directa.
Pues bien, este fin de semana la agencia Europa Press a cada uno lo suyo- lanzaba la exclusiva negada hace ahora un mes. Afirmaba que la Mutua había adquirido el 1% (en la mañana del lunes 21 ya reconocían el 2,5%) y que podía llegar al 10%. Aún hoy, ambas empresas siguen negando que la Mutua vaya a pasar de ese 2,5%, y consideran que el 10% es una auténtica barbaridad.
Pues otra vez mienten. Europa Press tiene toda la razón. Hispanidad ha podido saber que no sólo posee la Mutua el 1% de ACS, sino el 3%, y que en efecto, la idea era llegar al 10%. Probablemente ya lo tengan depositados los precitados bancos. La razón de tanta mentira es muy sencilla, pero nos remonta al origen del problema. En pocas palabras, con la neutralidad de los hermanos March que rozan el 15% del capital de ACS- los Albertos, -casi el 10%- quieren cesar a Florentino Pérez, a quien nunca han considerado un personaje de su nivel. Por ejemplo : el Rey no acude a sus cacerías, entre otras cosas porque no le va la caza, claro está. Pero Florentino controla casi un 7% del accionariado y es un gran personaje público. Los Albertos están convencidos de que el Tribunal Constitucional les dará la razón en el litigio por Urbanor y que no entrarán en prisión. Cuando lo consigan, quieren volver a ocupar la Presidencia de ACS, y Florentino que se quede con la del Real Madrid.
Por eso Florentino, que tonto no es, busca caballeros blancos. Quién mejor que Pomatta, un personaje que está dispuesto a cualquier cosa con tal de aprovechar la liquidez de la Mutua para convertirse en la sal de todos los platos. Ya es aliado de La Caixa (Colonial) y de Botín (SCH); no vendría mal una alianza con el omnipresente presidente del Real Madrid.
Lo que ocurre, y de ahí el embate, es que la venta se está realizando a través del depósito de acciones en dos bancos de inversión. Esta modalidad es más cara, pero evita que la acción se dispare. Ya hace más de un mes, esos dos bancos de inversión tenían en depósito nada menos que casi el 3% del capital de ACS. No sería de extrañar, y más aprovechando el desplome de la acción de ACS con motivo de la compra de Fenosa, que ya tuvieran preparado el 10% que pretende formar en total.
Nada de ilegal en los depósitos. Y tampoco es ilegal mentir a la prensa. Sólo es inmoral, y retrata la catadura de ciertos empresarios españoles. La última frontera, la mentira sin paliativos, ya ha sido superada por instituciones y empresas. Ahora todo vale.