Podemos 'recluta' en España la intención de voto del desencanto y de la indignación, fundamentalmente. Para algunos analistas políticos será una pieza decisiva en el próximo tablero político español y para otros ya ha tocado techo, no será tan determinante y se irá desinflando poco a poco. Lo más sensato es, en cualquier caso, es esperar y ver. Todavía queda mucho para el partido, el voto es muy emocional y los programas no están todavía 'fabricados'.

Pero es interesante en cualquier caso ver lo que está pasando en Francia, país en el que Frente Nacional, aunque con más antigüedad, emergió de igual modo que Podemos en las elecciones europeas. ¿Podría repetirse el mismo fenómeno en España con Podemos

Este domingo se han celebrado unas elecciones parciales sin más importancia en el departamento de Aube (próximo a París): sólo se elegía a un diputado por un escaño vacante. Pero los resultados -en la misma línea de los que decían los sondeos- han asombrado a los franceses por varios motivos. En primer lugar porque el cabreo del personal se ha traducido sobre todo en una abstención del 75%. Los tres partidos se han repartido el 25% de sufragios: los conservadores de la UMP, de nuevo con Sarkozy de líder, han ganado con el 40,76% de los votos; el Frente Nacional de Le Pen (en la imagen), segunda fuerza, ha conseguido un 27,64%, y los socialistas, sólo el 14,6%, la mitad que obtuvo Hollande en 2012.

A escala nacional pone en evidencia las dificultades del bipartidismo y 'una alianza de facto no querida': los socialistas apoyarán al partido de Sarkozy para que, entre la derecha y la ultraderecha, los franceses de Aube opten por la derecha. Otra conclusión: el que gobierna es el peor parado. Trasladen a España la situación y diviértanse con conjeturas.

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