Rubalcaba: "La verdad se construye mezclando muchas opiniones". Lo ha dicho este lunes, en Los Desayunos de RTVE, el secretario general del PSOE y no he visto mejor resumen del peligroso estado mental y moral que asola a nuestra clase política. Que la verdad sale de la amalgama de opiniones es tan cierto como que la pólvora y el fuego producen un esplendor de lo más progresista.

Lo de don Alfredo (en la imagen junto a la periodista María Casado) es de un relativismo ramplón pero muy útil en política. Recuerda lo que decía su correligionario, el senador socialista en el exilio, José Prat: "Siempre que un chiflado asegura que dos más dos son seis y un sensato le corrige, afirmando que dos más dos son cuatro, urge un tercero que en pro de la moderación y el diálogo, acaba concluyendo que dos más dos son cinco".

Pero Rubalcaba es mucho más progresista que el majadero al que aludía don José Prat: la verdad es la suma de opiniones y entonces, claro está, dos más dos pueden ser, por ejemplo, 18.

Es la geometría, y hasta filosofía, Rubalcaba, de progresión variable. O sea, progresista.

Eulogio López

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