La posición del Instituto de Empresa Familiar en el asunto del IVA es claro: "estamos en contra de la subida del IVA, será mala para el consumo y para las empresas". Eso sí, no se manifestarán, porque acatan la legislación vigente, aunque la discutan. "No me manifiesto desde la época de la universidad" señala el presidente del IEF, Simón Pedro Barceló. Pero el derecho al pataleo, existe. Veamos: la subida del IVA no se podrá trasladar al cliente porque los precios ya están fijados con los turoperadores con impuestos incluidos. Y supondrá una merma de entre un 10-15% de menores resultados en el sector hotelero. "Esto me recuerda al debate de la ecotasa que tuvimos en Baleares. Algunos nos preguntaban por qué nos oponíamos con tanta fuerza a la tasa de un euro por noche y pasajero. La razón es que para un hotel de tres estrellas suponía un 40% del margen. Nuestro negocio es de mucho volumen y poco margen". Así que a Barceló se le llevan los demonios cuando escucha a Mesquida o a Sebastián afirmar que la subida del IVA no tendrá impacto significativo.
Sorprendentemente -sin embargo- considera que la subida del IVA no tendrá un impacto sobre el empleo.
Por otra parte, Barceló señala sorprendentemente que no cree que exista relación entre el retraso en la reestructuración del sistema financiero y el retraso en la recuperación. En cambio, valora "positivamente" el manguerazo del ICO. "Ojalá se apruebe rápidamente y ofrezca mayor y mejor financiación a las empresas". A lo mejor es por lo que dice medio en broma medio en serio: "¿Qué voy a decir de los bancos con lo que les debo?". En serio manifiesta su "orgullo" por tener grandes bancos españoles y su agradecimiento porque gran parte de la internacionalización del sector turístico se ha realizado con el apoyo del sistema financiero español. Ya lo vamos entendiendo todo mucho mejor.
En materia laboral insiste en que el IEF no está en el debate de abaratar el despido, sino de abaratar la contratación. Lamenta que si se hubiera aprobado la rebaja de cotizaciones en julio, "nadie sabe la pérdida de empleos que nos podríamos haber ahorrado". Añade que si el Gobierno consideraba entonces que era una buena medida, "lo que debería hacer es aprobarla". Su "obsesión" es cómo frenar la sangría del paro y esto no se frena con un abaratamiento del despido, en su opinión. Un distanciamiento claro de las posiciones maximalistas manifestadas desde la CEOE y desde el Círculo de Empresarios.
Por último, reclama una deducción del 100% en la reinversión de beneficios y se felicita porque les hayan hecho caso en la libertad de amortización, mejora de las líneas ICO, eliminación del impuesto de Patrimonio y mejora de la deducción de I D i. No obstante, insiste en las reformas estructurales que necesita nuestro país: sistema de pensiones, sistema educativo, energía, etc.