Sr. Director:
Alguien dijo que se sintió viejo cuando los amigos comenzaron a decirle lo joven que aparentaba. Existe un hecho incuestionable y es la mala utilización de la mujer como reclamo publicitario, olvidando su dimensión de persona humana. Sin embargo, eso más que un fallo de la publicidad, es la simple consecuencia de recoger lo que le gusta al público.
Si hay que hacer una campaña para dignificar a la mujer y que no sea utilizada como simple objeto, la iniciativa no deberá partir de la publicidad, que es un fiel reflejo de lo que sucede, sino que es responsabilidad de cada uno de los ciudadanos que integramos la sociedad. Por otro lado, que la publicidad tenga en cuenta a la mujer en cuanto al mensaje emitido, es algo que no sólo es importante, sino muy razonable. A las altas estadísticas de mujeres que toman las decisiones de las compras, hay que añadir el alto porcentaje de hombres que toman ellos las decisiones de compra, influidos por la mujer.
Que la mujer sea más o menos protagonista de la publicidad, no viene dado porque una serie de creativos carezca de imaginación, sino porque es un reflejo de la importancia que tiene la mujer a la hora de realizar las compras y si cada uno de nosotros adquirimos conciencia de la dignidad de la mujer, la publicidad, sin darse cuenta lo recogerá. Cuando esos cambios se pretenden hacer desde arriba, se fallan estrepitosamente.
Clemente Ferrer Roselló
clementeferrer@yahoo.es