En vísperas de Alemania 2006, el Gobierno Zapatero obligará a TVE a retransmitir los partidos del Mundial previo pago al asesor de imagen de Zapatero. Polanco ya ha advertido que sólo trasmitirá en abierto aquellos partidos que le interesen y donde le interesen. Recordemos que La Sexta y Sogecable, sólo han pagado 104 millones de euros por los derechos del Mundial. Las cifras de antenización ofrecidas por Montilla en el Parlamento, así como las de la propia Sexta, son falsas: se refiere a señalizaciones, no a recepción en domicilio.
El pasado miércoles el Partido Popular exigía al titular de telecomunicaciones, el incombustible ministro José Montilla, que asegurara que los españoles iban a poder seguir el Mundial de Fútbol Alemania 2006, sin pagar, es decir, en abierto. Montilla se lanzó a defender a La Sexta, canal que posee los derechos de retrasmisión, y que dirige el asesor personal de Zapatero, José Miguel Contreras, así como los socialistas Jaume Roures (Mediapro) y a al que se incorporará el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, íntimo de Contreras. En resumen, el único nuevo canal ideológico admitido por el zapaterismo, y donde nunca se escuchará una crítica al Presidente del Gobierno.
Según Montilla, el 1 de junio, días antes del comienzo del Mundial, La Sexta llegará al 70% de la población española, tras una fortísima inversión en antenización. El ministro, además, prometió que todos los españoles podrían seguir los partidos del Mundial, sin especificar cómo.
Es muy sencillo, y todo está previsto. No tendrán que ser televisiones autonómicas salvo que se presenten voluntarias- ni será la Cuatro de Jesús Polanco, que ya ha dejado claro que emitirá todo por Digital , es decir, en pago por visión, al tiempo que emitirá por la Cuatro aquello que le convenga, pero sin comprometerse a retrasmitir los partidos allá donde no llegue La Sexta tal y como en un principio se había acordado.
Entonces, ¿a que viene la seguridad de Montilla? Pues muy sencillo, a que detrás dispone de ese saco de pérdidas que es la televisión pública. En efecto, el Gobierno se sacará de la manga que, por interés general, RTVE accederá gustosamente a retrasmitir los partidos de fútbol del Mundial en aquellas zonas donde no llegue La Sexta o llegue de forma defectuosa. Así, La Sexta habrá conseguido un doble propósito : meter presión a Abertis, responsable de la red troncal de señalización, y a los antenistas (recuerden la campaña, sobre la estrella del Mundial el antenista de La Sexta), así como a su propia red. Luego, cuando se vea que no es posible llegar al 100 por 100, a todos, entonces le revenderán derechos a RTVE que, como es de todos y tira con pólvora del rey, le pagará a La Sexta su rapidísima antenización.
Si esto lo hubiera hecho cualquiera de las cadenas locales (Localia, Popular TV o Vocento TV), que tienen el mismo problema de antenización, ahora mismo estarían entre las grandes. Y, además, se lo pagaremos todos los españoles. A fin de cuentas, si el Ente tiene una deuda de más de 7.000 millones de euros, un poquito más no se va a notar.
Por otra parte, y para añadir más presión, se está mintiendo con las cifras. Por ejemplo, dicen Contreras y Montilla que se ha antenizado ya un 55% de la población y se llegará al 70% el 1 de junio. Lo cual, es mentira. De hecho, el único compromiso de Abertis, propietaria de la red de retrasmisión de señales de TV en España, es alcanzar el 80% de cobertura a finales de año. Ojo, hablamos de cobertura de señal, es decir, de la red troncal, que es lo que Abertis pone en marcha. Peor luego hay que llegar hasta el domicilio, con el famoso antenista. En definitiva, muchos millones de españoles ven hoy La Sexta en analógico sin adaptador, que es otra posibilidad- pero con muy baja calidad. Por tanto, las cifras exhibidas son falsas.
Sin embargo, Contreras ha conseguido lo más importante: antenizar aceleradamente y, encima, que se lo paguen todos los españoles a través de RTVE.
Prisa, por su parte, que compró conjuntamente con La Sexta los derechos de retrasmisión (a Telefónica, por 104 millones de euros), le sacará buen rendimiento al Mundial, especialmente en la modalidad de pago. Por último, todos los españoles, a través de RTVE, y en nombre del poderoso interés general, pagaremos la infraestructura de un canal de TV cuyo propietario ideológico es el Gobierno Zapatero, y que le será más fiel que e propio grupo Prisa-Sogecable. Es la gran estafa perfectamente legal, eso sí- de Rodríguez Zapatero y el tándem de los migueles, es decir, José Miguel Contreras y Miguel Barroso, hoy, por el momento, al frente de la Casa de América. Es el otro PRISA.
Eso sí, Jesús Polanco está enfadado. En La Sexta, la progresía internacional filosocialista está representada por Televisa, el principal accionista. El PSOE por Contreras, su consejero delegado, pero el socialismo catalán, tiene en Jaume Roures, de Mediapro, a su principal valedor. La gente de Mediapro se crió con Polanco pero ahora vuela libre. Por ejemplo, la pasada semana advirtieron a la prensa que están dispuestos a competir por los derechos de retransmisión de la Liga de Fútbol, a partir de 2008. De inmediato, Sogecable se hundió en bolsa. Cuidado, Roures, estás despertando las iras de Polanco. Con el dinero de don Jesús, no se juega. Con las ideas puede, pero con el dinero, jamás.
Y lo más gracioso de todo es que el propietario de los derechos de retrasmisión de Alemania 2006, no es ni La Cuatro ni La Sexta, sino Telefónica. Las presiones políticas del Gobierno Zapatero, obligaron a Telefonía a vender a un consorcio formado por La Sexta y la Cuatro, apoyados cada uno por distintos miembros del Gobierno. Y Telefónica se lo vendió barato. Eso sí, acordaron que La Sexta aparecería como ganadora del concurso, aunque en el fondo los derechos se los repartían Polanco y Contreras.
Por decirlo de otra forma: Telefónica pierde porque vende barato, La Sexta gana porque anteniza aceleradamente y se lo pagamos entre todos, Polanco gana, porque utilizará el Mundial para lanzar la Cuatro y afianza su monopolio de TV digital de pago. El Gobierno Zapatero gana porque consigue afianzar a las dos televisiones más próximas a sus postulados, jamás críticas con el zapaterismo. Los únicos que perdemos somos todos los españoles pero, eso sí, en nombre del interés general. No se olviden: en España todo pasa por el fútbol o por la tele. Si coinciden ambos fenómenos a la vez