El Consejo controla un 54% del capital. Los broker se pillan los dedos en a eléctrica y calientan el valor. Esperaban una caída de la cotización y ésta se disparó al alza. De nuevo, un valor del Ibex 35, otra vez prisionero de los hegde funds
Durante la jornada del jueves se ha vivido en el mercado financiero español una de esos curiosos movimientos que revelan el altísimo grado de especulación de las bolsas en todo Occidente. Proceso, por lo demás, muy instructivo. La cosa ocurrió con la cotización de la eléctrica Unión Fenosa.
Veamos Una vez terminada la OPA de ACS sobre el 10% Fenosa, a 33 euros por acción, lo lógico era que la cotización de la eléctrica cayera. Pues bien, durante la jornada del jueves 2 de marzo ha sucedido justamente lo contrario. La cotización de Fenosa se situaba en los 33,55 euros (a las 13.00 horas) y en el mercado se auguraban nuevas subidas. ¿Qué había ocurrido para que, en lugar de bajar, como presuponía la lógica, el valor se disparara hacia arriba? ¿Cuál era la razón de que con un mercado a la baja Fenosa subiera un 3,4% (a las 14,30?) Algo podían haber ayudado los buenos resultados de la compañía, que se hicieron públicos el martes 28, que con atípicos o sin ellos, ha aumentado su beneficio y reducido su endeudamiento. Pero, sobre todo, la razón de esta sorpresa es que la gente no acudió a la OPA como esperaban los hedge funds y demás especuladores.
Tratemos de explicar la cuestión, que tiene su enjundia. Si un especulador hedge fund o lo que sea- sabe que va a haber un OPA, a 33 euros es decir, un precio atractivo, dado que el valor cotizaba hace un mes a 31- y encima limitada al 10% del capital, lo que conlleva el correspondiente prorrateo, se le enciende la bombilla: toma acciones de Fenosa en préstamo, en un mercado de títulos a plazo. En otras palabras, un accionista de Fenosa, a través de una entidad financiera, le presta por 3 meses sus acciones, con la promesa de que se las devolverá pasados tres meses (¡Ojo, devuelve ese mismo número de acciones, no dinero!). Nuestro especulador deberá pagar por ello un tipo de interés superior al euribor en, pongamos, un punto, además de la correspondiente comisión, que podría ser del 1% anual. ¿A qué está jugando nuestro especulador? Pues muy sencillo : venderá el máximo posible de acciones en la OPA, a 33 euros, luego esperará que bajen las acciones que es lo lógico tras una OPA de estas características- comprará 31 euros y se las devolverá al prestamista. Con la diferencia habrá ganado para pagar réditos y comisiones, y embolsarse unos centavos.
Hasta ahí todo va bien. Pero se han producido imprevistos con los que el especulador no contaba. La primera, que mucha gente, a pesar del precio atractivo, no ha acudido a la OPA y ha preferido quedarse como accionistas de Unión Fenosa. En otras palabras, el especulador no ha podido vender el 20% de las acciones compradas, sino incluso el 40%, con lo cual su exposición ha resultado mayor de lo esperado. Y encima el precio no se desploma. Conclusión: o aguanta si puede- hasta que en un mes el pecio se desfonde, o compra acciones ahora, a toda velocidad, y aún perdiendo dinero, cierra la posición.
Es decir, hay un montón de especuladores pillados comprando títulos de Fenosa como locos para poder echar a correr cuanto antes, y son sus propias compras las que empujan el valor al alza con lo cual aun se pillan más los dedos.
Para que nos hagamos una idea de lo que está ocurriendo, en este momento hay 90 millones de acciones de Fenosa a préstamo, casi la cuarta parte del capital total, y un 80% más que lo habitual.
Y lo más gracioso es que como los broker e intermediarios necesitan justificar la pérdida ante sus superiores y colegas, durante la mañana del martes se corrió en Madrid el rumor de que la italiana ENEL preparaba una OPA sobre Fenosa, para resarcirse de que el Gobierno francés no le dejó hacerse con el grupo Suez.
Explicación que no deja de tener su coña, dado que el Consejo de Fenosa controla un 54% del capital, por lo que resulta algo difícil una OPA hostil. Nadie está a salvo de una OPA, pero, en cualquier caso, la causa de lo ocurrido en bolsa en la mañana del jueves no es que ENEL quiera entrar en España vía Fenosa.
No, la culpa no es de ENEL, sino de la codicia de los hedge funds y otros especuladores a los que la actividad de Fenosa les importa un pimiento : sólo es materia prima de trabajo. Sólo que en ocasiones, los listos del mercado se convierten en listillos.