Con ello pretende situarse en el último tren que le queda a España para contar con una multinacional energética: Iberdrola-Fenosa-Repsol-GN. Nuevamente, las luchas intestinas entre los socios españoles –Florentino Pérez, Ignacio S. Galán y Antonio Brufau-, así como el enfrentamiento entre el PSOE y el PP y entre Madrid y Barcelona podrían echar abajo el proyecto. Siete empresas europeas se reparten la Europa energética. EDF, la mayor de todas, tiene en su punto de mira a Iberdrola

Antes de que se conforme el holding Industrial de La Caixa –próximo mes de noviembre-, Repsol YPF y Gas Natural se habrán fusionado. En contra de lo que se repite en Madrid, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, no pone pega alguna a que su compañía integre el grupo industrial, siempre que en el entramado energético de Caixa continúe mandando él. Como primer ejecutivo, La Caixa deja a Marcelino Armenter, hombre de Brufau, pero que ha encajado perfectamente con Isidro Fainé, al frente de la Holding.

Ahora bien, tras el troceo de Endesa, la última oportunidad que le queda a España de contar con una empresa energética de primera línea consiste en fusionar Repsol YPF-Iberdrola, Gas Natural y Unión Fenosa. Lo que significa, además del apoyo del Gobierno, poner de acuerdo a tres personas: Antonio Brufau, Florentino Pérez e Ignacio Galán. Difícil, tratándose de tres empresarios españoles, Por de pronto, Pérez y Galán ya están reñidos en Iberdrola.

En cualquier caso, La Caixa pretende adelantarse, yendo con una compañía de hidrocarburos Repsol-GN, ya consolidada, ahora que Iberdrola cuenta con Scottish. Florentino, por su parte, baraja toda las posibilidades, sin descuidar la fusión entre Fenosa e Iberdrola.

Lo que está claro es que es la última oportunidad de que España cuente con una empresa energética de gran dimensión. La clave está en Iberdrola, claro está, y la francesa EDF la vigila de cerca. De hecho, si la nuclear EDF, la mayor eléctrica de Europa, se lanza a por Iberdrola, La Caixa, es decir, Repsol YPF-GN, responderá. Y ahora que ha terminado el culebrón Endesa, no sería de extrañar que los franceses aceleraran sus planes.

En este momento, siete empresas se reparten el sector eléctrico europeo: Dos francesas (EDF y Suez), dos alemanas (E.ON y RWE), una italiana (ENEL) una británica (Centrica), una española (Iberdrola). Pero como afirma el presidente de E.ON: el proceso no ha concluido. Habrá más "consolidaciones", y los gobiernos italiano, francés y alemán no están dispuestos a descender a Segunda División.

En meses, sabremos si con Iberdrola sucede lo mismo que con Endesa, donde la pugna entre españoles ha servido para que la primera eléctrica española termine troceada entre italianos y alemanes, como fruto de las broncas entre PP y PSOE y entre las tres cabezas clave para llegar a un entendimiento: Antonio Brufau, Florentino Pérez e Ignacio Galán.