Fernández Rivero fue el directivo de la antigua Argentaria de Francisco Luzón que con más alegría celebró la llegada de FG. Se puso a sus órdenes de inmediato en lo que mejor sabe hacer: controlar.

Rivero es un contable, y muy bueno. Se prejubiló del BBVA y le dejaron las regalías de Telefónica e Iberdrola, pero ahora vuelve como consejero externo de FG y responsable de auditoría y control. En definitiva, vuelve a ser los ojos y los oídos de FG en el interior del BBVA, con su equipo de controladores internos venidos desde Argentaria y entre los que destaca Ángel Cano.