El autor de "Me cago en la censura", Íñigo Ramírez de Haro, cuñado de Esperanza Aguirre, acumula ya cinco querellas en los juzgados de instrucción de la Plaza de Castilla. El primer juzgado que conoció el caso fue el 26, por lo que será éste quien deba acumular todas las querellas presentadas. Sin embargo, por error administrativo el juzgado nº 40 acumula ya cuatro querellas presentadas contra el autor, director y autor de la polémica obra blasfema.
El titular del 40 ha remitido al 26 las cuatro querellas indicando que "presume posible existencia de infracción penal", por lo que remite al juzgado que conoce las querellas presentadas erróneamente ante su juzgado. El 26, sin embargo, todavía no ha recibido las mencionadas querellas porque actualmente es el fiscal quien las está examinando. Esta es la razón aducida por el juez sustituto del 26 para no haber resuelto todavía la petición de suspensión cautelar de la obra blasfema que actualmente se representa en el teatro Alfil. El teatro publicita la obra como una "comedia divertida sobre los problemas de estreñimiento de un hombre maduro en contraste con aquella maravillosa diarrea religiosa de su infancia". Pura cultura, como se puede observar.
Por cierto, que el pasado martes 18 de mayo decenas de ciudadanos se manifestaron pacíficamente a las puertas del mencionado teatro, bajo el lema "Bendito sea el nombre de Dios". Los asistentes a la bazofia cultural de Ramírez de Haro les insultaron y provocaron, sin encontrar respuesta de los pacíficos manifestantes. Mientras tanto, la justicia sigue meditando la aplicación de la suspensión cautelar y la blasfemia continúa. Una absoluta falta de protección jurídica que algunos ciudadanos quieren denunciar con su presencia diaria frente a la sede del Alfil (C/ Pez, 10, en Madrid).