Sr. Director:
Intenté saber qué quieren los indignados desde mi propia indignación del espectáculo antidemocrático ante el Parlamento.

 

Las versiones son distintas pero reconozco que me solidarizo con muchos de sus motivos aunque no con los modos.

Esta sociedad me estaba pareciendo demasiado borrega, demasiado aburguesada: cuatro titulares explosivos, unas cuentas tertulias con apariencia liberal, sin demasiada libertad de expresión para todos y poca cosa más.

Escuchemos a los que salen a la calle. Quizá algunas de sus proposiciones no sean viables, pero otras sí.

Los jóvenes son o deberían ser por definición idealistas.

Y los cambios deben hacerse con objetivos claros y paso a paso. Mal les pese a los jóvenes que lo quieren todo ya.

El sentido común, del que no hicieron buen uso ayer, debe ser la base de una nueva civilización.

Busquemos y sembremos. Algo se recogerá.

Mª Lluísa Coll Colom