Sr. Director:
Muy difícil les resulta a quienes sólo tienen en mente intereses personales o partidistas, comprender otras posturas distintas a las suyas.
Injusto y no conforme a la realidad es afirmar que la Iglesia es portavoz del PP, que sus obispos se meten en política, y que están divididos entre ellos en cosas esenciales.
Como otra institución, la Iglesia goza de todos los derechos constitucionales, entre otros, la libertad de expresión (nada de mordazas), de manifestación (en las calles y no en las sacristías) de culto y de enseñanza. No es, ni tampoco pretende serlo, un partido político, ni se identifica con ninguno. No busca privilegios. No se mueve por interés crematístico ni por ideologías, sino por el Evangelio. Tiene sus fallos como todos, pero su misión es eminentemente espiritual y trascendente.
Si estas cosas se supieran y aclararan, sobrarían muchos equívocos y malentendidos, que sólo conducen a la crispación y a enrarecer la convivencia.
Miguel Rivilla
rivisanm@gmail.com