- Afronta el mayor ERE que se ha presentado en una empresa pública.
- Afectará a unos 800 de los 5.153 trabajadores.
- Están cabreados y, además, no están especializados en limpieza urbana.
- Eso sí, tendrán que hacerlo, si el Ayuntamiento de Madrid se lo exige, tras una 'declaración de emergencia'.
La empresa pública Tragsa es la última protagonista en incorporarse a la actualidad informativa relacionada con la huelga de limpieza de Madrid. Tragsa entró en escena el miércoles cuando la alcaldesa de Madrid, Ana Botella (en la imagen), amenazó a las empresas adjudicatarias del servicio de limpieza: si no llegan a un acuerdo con sus trabajadores en 48 horas mandará a Tragsa a cumplir los servicios mínimos de limpieza, y serán las concesionarias las que tendrán que afrontar estos costes.
En Tragsa están bastante cabreados por haberse convertido en el arma que Botella ha arrojado a las empresas adjudicatarias en huelga. Además, no son especialistas en basuras y limpieza, sino que su plantilla está formada por técnicos cualificados en sanidad animal y técnicos no cualificados del sector agrícola. Y encima, se encuentran inmersos en un ERE, donde están previstos despidos y/o reducción de salarios. Aunque desde Tragsa señalan que, a pesar de esta situación, son un medio de la Administración, se verán obligados a actuar en el caso de que ésta lo exiga. El Ayuntamiento de Madrid solo podrá pedir la actuación de Tragsa si hace una 'declaración de emergencia'.
Tragsa se puede considerar una empresa de trabajo temporal (ETT) pública, ya que la inmensa mayoría de sus trabajadores no son funcionarios, abaratando así sus costes laborales. El ERE que ha planteado es el mayor que ha presentado una empresa pública hasta el momento. Dicho ERE afectaría a unos 1.639 trabajadores, que suponen el 16,6% de su plantilla, que cuenta con 9.848 empleados. De los 1.639 del ERE, 836 pertenecen a Tragsa y 803, a su filial Tragsatec, dedicada a proyectos e ingeniería.
Parece que la huelga de limpieza de basura que lleva padeciendo la ciudad de Madrid desde hace diez días no tiene una solución fácil, pues todavía están negociando las empresas adjudicatarias (FCC, OHL y Sacyr) y los trabajadores. La única propuesta de la alcaldesa para solucionar el conflicto es Tragsa, que no está muy por la labor de ayudar por su delicada situación, aunque puede verse obligada a actuar... muy a su pesar.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com