Hay una foto hoy de un asesino, Txapote, que se enorgullece de los asesinatos que ha cometido, de Gregorio Ordóñez, entre otros. Ayer estaban pavoneándose de haber realizado lo que realizaron ante el dolor de la familia de Miguel Ángel Blanco. No hay más comentarios. Que la justicia le imponga 40 ó 50 años para que no vea la luz jamás. ¿Creen ustedes que este asesino saldrá a la calle con el convencimiento de que cometió un crimen execrable? Viendo su cara parece que ni 40 años le van a hacer cambiar de opinión decía Carlos Herrera en Onda Cero.
Y proseguía Herrera, al Gobierno no le interesa mantener otro debate público sobre este asunto. Por cierto, señoría, me acuerdo ahora que va a negociar con asesinos. A este campeón del talante que es Rodríguez se le podía pedir un poco más de respeto. ¿Qué va a negociar Rodríguez, cuáles son sus límites, si los tiene? Lo terrible es la sospecha de que Rodríguez no tiene límites. En todo sigue el guión marcado por los colegas del de la foto.
Se refería también Herrera a la carta ayer del lehandakari Ibarretxe, una carta que se leyó en el homenaje a las víctimas de Hipercor, con 21 muertos, familias rotas, una larga serie de heridos, en un acto de homenaje se leyó un carta en la que Ibarretxe lamenta mucho la soledad de las víctimas. No sabe usted lo sólo que se está en los cementerios. Y que lamenta la lejanía de los poderes públicos. ¿Eso lo dice un lehendakari que ha dado dinero a las familias de los presos? ¿Y que nunca ha hecho nada por las víctimas de sus amiguitos, ni un gesto?
Y en otro orden de cosas, decía el locutor de Onda Cero que en Cataluña, Montilla no quiere ir de número dos, y Maragall se ve obligado por Rodríguez a hacerse el harakiri. El candidato de Zapatero es Artur Mas, no Pascual Maragall.