Este drama social esperanzador plantea, desde las primeras imágenes, que es posible soñar con salir de los arrabales de una ciudad siempre que se tenga el coraje necesario y una familia que te respalde.

Daniel (apodado "gato") y Julio son dos hermanos que comparten su afición por el fútbol. Ambos juegan en el equipo de uno de los barrios más marginales de Caracas donde son el delantero y el capitán. Pero, mientras el adolescente y serio Daniel ve el deporte como el salvoconducto para alcanzar una vida mejor, Julio se lo toma como un juego con el que pasar el tiempo mientras trapichea en negocios turbios…La muerte accidental de la madre de ambos (su única familia) les hará tomar posturas decisivas cuando no enfrentadas…

Opera prima de Marcel Rasquin supone  un recital de cine con valores porque no sólo es una historia de superación, redención y de amor fraterno sino que también hace una rotunda defensa de la vida en un par de emotivas secuencias que tienen como protagonista a Daniel, un niño que fue abandonado en la calle y se convirtió en todo un "regalo" para su familia y quien, al cabo de los años, será también capaz de salvar la vida de un "no nacido". Todo ello narrado en un relato en el que se pone de manifiesto una idea-fuerza sobre la que hay un acuerdo unánime: que el ejercicio del deporte puede convertirse en el mejor antídoto para permanecer inmune en escenarios donde la pobreza, el narcotráfico y la violencia campean a sus anchas…

Con unas convincentes interpretaciones de los jóvenes Fernando Moreno y Eliú  Armas y un rodaje plagado de anécdotas puesto que fue rodada en Petare (el poblado de favelas más grande de toda Venezuela), este drama de Marcel Rasquin lleva una carrera fulgurante, puesto que ha sido premiado en Festivales como Huelva, Lérida, La Habana, los Ángeles o Moscú, lo que demuestra que algunos mensajes positivos universales son apreciados en cualquier lugar del mundo.

Para: Los que crean que el amor fraterno puede mover montañas